Un colegio de Indiana (EE UU) será el primero del estado en probar la fórmula que hasta ahora se ha estado debatiendo en el ámbito profesional español. Este curso, los alumnos de la Escuela Primaria Vinton, en la ciudad de Lafayette, asistirán a las clases de lunes a jueves y sumarán una hora y media diaria en las aulas (la jornada irá desde las 8 am hasta la 15:45 horas). Los viernes serán festivos, alargando el fin de semana a tres días para alumnos y profesores.
La iniciativa se ha aprobado después de una encuesta realizada entre el personal de la escuela, y a raíz de varios problemas para retener a los profesores ya en plantilla o contratar nuevos docentes. También se consultó a los padres de los niños escolarizados y, según explicó a un medio local la directora del centro Cindy Preston, «un 50% estaba a favor, un 25% se oponía y otro 25% estaba indeciso y tenía preguntas».
Una de las ventajas económicas de la reducción de jornadas escolares es que supone un menor gasto de transporte, comida y energía. Según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, el máximo ahorro se situaría en un 5,43%. El organismo asegura que «la mayoría de las escuelas con horario de cuatro días a la semana se encuentran en distritos rurales pequeños», por lo que este ahorro tiene mucho más sentido sobre todo en cuanto al transporte.
Se trata de una práctica a la que cada vez se suman más escuelas en EE UU, pero que despierta el recelo de algunos padres, que tienen que hacer malabares con los horarios para combinar el cuidado de los pequeños con sus responsabilidades profesionales. En el caso de la Escuela Primaria Vinton, el centro ofrece un programa de cuidado infantil para los padres que trabajen. Su coste es de $25 dólares al día (unos 22 euros) e incluye el almuerzo. Los detractores de las cuatro jornadas también apuntan a que alargar las clases para recuperar las horas perdidas el viernes puede ser duro para los estudiantes, además de que aquellos cuya comida diaria depende de las escuelas pueden verse muy afectados. Por no hablar de los alumnos con alguna discapacidad, cuyas necesidades especiales pueden hacer que encontrar cuidadores para el viernes sea todo un reto para sus progenitores.
Según la Conferencia, «algunos estudios han demostrado que la asistencia de los estudiantes mejora con la semana escolar de cuatro días», porque los alumnos tienen más tiempo para descansar y realizar actividades extraescolares. Además, ayuda a «elevar la moral de los docentes», que tienen un día más para preparar el temario y combinar su trabajo con formación adicional, lo que conduce a una mayor satisfacción laboral, «que se traduce en un mejor desempeño en el aula». Sin embargo, en la práctica, Paul Thompson, profesor de la Universidad Estatal de Oregón, aseguró a CNN que su experiencia personal apunta a lo contrario. El resultado tras aplicar la jornada de cuatro días de clase fue «un menor rendimiento académico de los alumnos».
Actualmente, hay más de 13.000 distritos escolares en todo el país que operan con cuatro jornadas, frente a los 662 que había en 2019 o los poco más de 100 en 1999. Según un artículo publicado en junio en la Revista de Economía de la educación por Emily Morton, Paul N. Thompson y Megan Kuhfeld, también depende del tipo de estudiante. Por ejemplo, los alumnos hispanos que asistían a clase cuatro días a la semana progresaron menos en matemáticas que los que asistían cinco días a las clases.
