La sorpresiva detención del fundador de Telegram, Pavel Durov, en Francia ha generado preocupación en Rusia por un posible impacto en sus tropas en Ucrania, que han llegado a depender de la aplicación de mensajería cifrada para comunicarse en la línea del frente.
Dos días después de la detención del multimillonario tecnológico ruso, los blogueros de guerra, que suelen ser bastante abiertos sobre los problemas en el Ejército ruso, inmediatamente dieron la voz de alarma sobre el encarcelamiento de Durov. Francia ha arrestado al "jefe de comunicaciones de las fuerzas armadas rusas", decía un chiste popular en internet.
"Telegram se ha convertido en el principal medio de comunicación entre unidades en la zona de guerra: supongo que es solo la dirección principal de comunicaciones que no tenía idea de ello", dijo el domingo Rybar, uno de los canales de Telegram a favor de la guerra más populares, burlándose de un departamento del Ministerio de Defensa ruso.
La mala comunicación fue citada a menudo como una de las principales deficiencias de las fuerzas rusas al comienzo de la invasión de Ucrania, y los oficiales y soldados fueron abandonados a su suerte.
Los partidarios de la guerra en Ucrania expresaron su esperanza de que los posibles problemas legales de Telegram empujen al Kremlin a idear nuevos medios de comunicación seguros en la línea del frente.
“Telegram ha sido la principal aplicación de mensajería de esta guerra”, dijo Andrei Medvedev, un popular presentador de televisión partidario de la guerra. “Espero que el ejército se tome en serio la creación de una aplicación militar interna para nuestras fuerzas, porque nadie sabe cuánto tiempo Telegram seguirá siendo como es, o si existirá en absoluto”.
Alexei Sukhonkin, un bloguero, calificó el arresto de Durov como "posiblemente la mayor tragedia de este agosto" y publicó una foto de lo que supuestamente es una bala de artillería lista para ser disparada contra posiciones ucranianas con la leyenda "Por Durov" garabateada en ella.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, negó que el arresto de Durov fuera político y dijo el lunes que correspondía a los jueces de investigación decidir sobre el caso.
“La detención del presidente de Telegram en suelo francés se produjo en el marco de una investigación judicial en curso”, escribió Macron en X, afirmando que había leído “información falsa” sobre el papel de Francia en el caso. “No se trata en ningún caso de una decisión política. Son los jueces los que deben pronunciarse al respecto”.
Durov está siendo interrogado por no haber respondido a las demandas de las autoridades francesas de interceptar las comunicaciones de bandas del crimen organizado en Telegram, dijo Laure Beccuau, la fiscal general de París.
La Junta Nacional Contra el Crimen Organizado (Junalco) investiga unos doce delitos, entre ellos complicidad en la gestión de una plataforma en línea utilizada para el crimen organizado, pornografía infantil, tráfico de drogas, fraude a gran escala, lavado de dinero y servicios de encriptación ilegal.
El juez de instrucción deberá decidir en el plazo de dos días si Durov será procesado y, en tal caso, si permanecerá detenido o será puesto en libertad bajo fianza.
El domingo, las autoridades judiciales francesas prolongaron la detención de Durov, detenido a su llegada al aeropuerto de París-Le Bourget a bordo de su avión privado procedente de Azerbaiyán, acusado de no haber tomado medidas para frenar el uso delictivo de su plataforma. La detención provocó protestas y acusaciones de censura estatal por parte de personalidades estadounidenses de tendencia derechista, como Robert F. Kennedy Jr. y Elon Musk.
En 2018, Telegram sobrevivió a una breve restricción a nivel nacional después de que Durov se negara a compartir claves de cifrado con el FSB, la agencia de inteligencia rusa. Sin embargo, tres años después, Telegram cedió a una demanda del Kremlin de bloquear una cuenta creada por el equipo del político opositor Alexei Navalni, que estaba compartiendo una lista de candidatos que respaldaban en las elecciones parlamentarias.
Los políticos pro Kremlin que en su día criticaron a Durov por negarse a cooperar con el FSB culparon a la inteligencia estadounidense de tener en la mira al fundador de Telegram. “Los estadounidenses quieren poder leer todo Telegram: todos los mensajes, todos los usuarios”, dijo el lunes Vladimir Dzhabarov, vicepresidente del comité de asuntos exteriores de la cámara alta del parlamento ruso, a la cadena de televisión Rossiya 24. “Van a tener acceso a todos los mensajes privados”.
Dmitri Peskov, portavoz de prensa del Kremlin, se negó a hacer comentarios sobre el arresto de Durov en Francia, a la espera de más detalles sobre el caso. No confirmó ni desmintió los informes de que se les había pedido a altos funcionarios rusos que borraran información confidencial de sus cuentas de Telegram después del arresto.
Por otra parte, activistas rusos han informado de lo que parece ser una campaña concertada en Internet para criticar la supuesta hipocresía de Francia en materia de libertad de expresión. El grupo Botnadzor dijo el lunes que había rastreado más de 1.400 comentarios que mencionaban al fundador de Telegram publicados en Internet desde su arresto. La mayoría insistía en que Europa no tenía derecho a criticar a Rusia por su ofensiva contra los medios de comunicación mientras perseguía al fundador de la popular aplicación de una manera tan dura.
La furia en línea, tanto auténtica como no auténtica, parece haber sido alimentada aún más por la afirmación de un oscuro bloguero, posteriormente reciclada por los principales medios rusos, de que Durov enfrenta 20 años de prisión.
Los medios franceses que dieron a conocer la noticia el sábado por la noche no informaron sobre una posible sentencia de prisión, pero eso no impidió que Musk, el multimillonario tecnológico, publicara en X sobre el tema con el hashtag #FreePave.
