Un accidente doméstico obligó la semana pasada a interrumpir las vacaciones de José Luis Martínez-Almeida y su esposa, Teresa Urquijo. El matrimonio se encontraba en la casa que tiene la familia Urquijo en la urbanización gaditana de Sotogrande cuando la mujer del alcalde madrileño sufrió una caída, sin ocasionarle daños severos. Fue un traspié. Uno. Sin embargo, varios medios de comunicación difundieron la noticia usando la palabra "traspiés", una incorrección muy cotidiana en el uso de nuestra lengua.
Traspié, en singular, y no traspiés, es la forma adecuada para referirse a un solo tropiezo o equivocación. Será porque el hombre es el único que tropieza dos veces con la misma piedra, se aprecia este uso erróneo en diferentes contextos y sin que importe el nivel intelectual de quien lo pronuncia. Políticos, economistas, tertulianos, comentaristas deportivos y la gente corriente lo repiten en sus conversaciones.
Según señala el Diccionario panhispánico de dudas, no es apropiada la forma traspiés para el singular. Asimismo, recuerda que siempre que pie o pies son el último elemento de palabras compuestas, tales como traspié, contrapié, hincapié, tentempié o reposapiés, llevan tilde en la e, por ser agudas acabadas en ese o en vocal. De paso, no está mal recordar que las voces que en singular acaban en -piés son invariables en plural: el/los ciempiés, el/los calientapiés.
Con la palabra pie se produce una duda similar cuando alguien dice "cayó de pies". De nuevo, incorrecto. El Panhispánico de Dudas señala al respecto que esa forma arcaica se siente como vulgar y que "ha de evitarse en el habla culta". O sea, debemos escribir o decir "cayó de pie".