La ciudad de Krivoi Rog está repleta de enormes minas abiertas para la extracción de hierro y plantas metalúrgicas. Es la tercera ciudad más grande de Ucrania en superficie, después de Sebastopol y Kiev, y la séptima en población, con 630.000 habitantes antes de la invasión, algo parecido a Sevilla. Es el hogar del Kryvbas y de Volodimir Zelenski y su esposa, Olena Zelenska. Aunque la ciudad evitó la ocupación rusa, se ha visto duramente afectada por la invasión. Mientras decenas de miles de refugiados llegaron allí desde el este y el sur, miles de sus propios residentes tuvieron que huir después de que los misiles rusos comenzaran a caer.
Las tropas invasoras fueron finalmente detenidas a solo 40 kilómetros, antes de haber sido empujadas a través del río Dnipro desde las cercanas regiones de Mykolaiv y Jerson en el otoño de 2022.
El alcalde, Oleksandr Vilkul, considerado en su día un político prorruso, adoptó una postura firmemente patriótica después de que comenzara la marcha mortal de Rusia a través del país y ayudó a organizar la defensa de la ciudad. «Krivoi Rog siempre ha sido muy patriótica. El hecho de que hablemos ruso no significa que amemos a Rusia, aquí nadie la ha amado nunca», subrayó muy orgulloso en una entrevista.
En junio de 2023, un ataque con misiles que destruyó varios edificios residenciales dejó 11 muertos y 28 heridos, mientras que hace tan solo seis semanas otro ataque masivo dejó 10 muertos y 31 heridos. El peligro de un accidente radiactivo también sigue proyectando su sombra sobre la ciudad, con la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia, a menos de 100 kilómetros de distancia.
Al mismo tiempo, la ciudad está viva, con sus cafés, tiendas y librerías abiertas, entre las huellas de decenas de ataques rusos. Como el resto de ucranianos, los vecinos han tenido que acostumbrarse al peligro cotidiano, incapaces de poner sus vidas en pausa a pesar de la amenaza.
El fútbol también ha sido parte de esta vida especialmente después de que se permitiera que el público regresara a los estadios esta primavera. Aunque algunos partidos de la Premier ucraniana han durado varias horas debido a las interrupciones por las alarmas de ataque aéreo, han sido un recordatorio de que, dos años y medio después del inicio de la invasión, Rusia no ha logrado romper la resistencia de los ucranianos.
