El doble positivo de Jannik Sinner por clostebol el pasado marzo durante la disputa de Indian Wells ha sacudido al mundo del tenis. Un tribunal independiente, a instancias de la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA), dictaminó que el tenista italiano, número uno del mundo, "no tiene culpa ni negligencia” de ahí que la única sanción que haya recibido sea la pérdida del dinero y los puntos que logró en Indian Wells (perdió en semifinales contra Carlos Alcaraz). La contaminación llegó porque un fisioterapeuta usó un aerosol de venta libre que contenía clostebol (se puede adquirir sin receta en Italia) en su propia piel para tratarse una herida y después dio masajes a Sinner sin guantes. La cantidad encontrada fue menos de una milmillonésima parte de un gramo.
Casi todo el mundo coincide en creer la versión y en que Sinner no intentó hacer trampas usando un producto que puede desarrollar el músculo. La indignación principal ha llegado por lo que muchos tenistas entienden que ha sido un trato de favor.
“Es ridículo, ya sea accidental o planeado. Te hacen dos pruebas con una sustancia prohibida (esteroides)... Deberías estar fuera durante dos años. Tu rendimiento mejoró. Crema para masajes... Sí, está bien”, escribía el australiano Nick Kyrgios en “X”.
“No puedo imaginar lo que sienten ahora mismo todos los demás jugadores que fueron sancionados por sustancias contaminadas. Diferentes normas para distintos jugadores”, es la opinión de Shapovalov.
Y uno de esos jugadores implicados también habló. Se trata del polaco Kamil Majchrzak, que dio positivo en 2022 en cuatro controles por SARM S-22, metabolitos de LGD-4033 y el agonista PPARd. En su caso, fue sancionado provisionalmente. Después, demostró que la contaminación llegó a través de una bebida isotónica en la que no aparecía especificada que contenía esos productos. Aportó los recibos de compra y muestras del mismo lote de la bebida para su análisis. Se concluyó que tenía razón y que no fue a propósito, pero que seguía siendo responsable, y le cayó una sanción de 13 meses, que aceptó.
Tuvo que empezar de cero porque se quedó sin puntos al estar más de un año sin jugar, y ahora mismo es el 171 del mundo tras conquistar en 2024 dos torneos Challenger y tres Futures.
“Unas horas antes de mi partido he recibido esta noticia tremendamente chocante y dolorosa para mí. No voy a entrar en detalles por mi salud mental, pero el hecho de no haber podido defenderme en un tribunal durante todo mi caso, mientras otros pueden jugar con normalidad en la misma situación que viví yo, no me da paz. Estoy devastado y abrumado”, dijo el polaco, de 28 años. Lo escribió cuando estaba a punto de jugar el primer partido de la previa del US Open contra el estadounidense Zheng, al que ganó por 6-3, 6-7 y 7-5. “Muchas emociones tanto dentro como fuera de la cancha. Me alegro de haber logrado ganar un partido muy difícil. Estoy increíblemente feliz de volver a competir en el torneo más grande. Gracias por el apoyo y os veo mañana”, añadió después del triunfo.
En el caso de Sinner, tras conocer el positivo sí pudo jugar en Madrid, aunque se retiró aduciendo una lesión que también le impidió jugar el Roma. Pero en Roland Garros y Wimbledon participó. No en los Juegos Olímpicos de París.
El británico Liam Broady se expresó en una dirección parecida.
“Se haya dopado o no Sinner, no está bien. Muchos jugadores pasan por lo mismo y tienen que esperar meses o AÑOS para que se declare su inocencia. No es una buena imagen”, opinó en “X”.
A esta publicación respondió su compatriota Tara Moore con el tuit que colgó el 23 de diciembre de 2023.
“19 meses de mi reputación, mi ranking, mi medio de vida, se están desvaneciendo lentamente. 19 meses de angustia emocional. 19 meses y mi equipo, mi equipo y yo finalmente recibimos la respuesta que sabíamos desde el principio”. Moore es otra jugadora que tuvo que dejar de jugar hasta que se aclaró su positivo. Después le dieron la razón al aceptar que había ingerido carne contaminada.