Si un mensaje ha quedado claro en las dos primeras noches de la Convención Demócrata, es la unidad dentro del partido en torno a un objetivo común, vencer a Donald Trump para garantizar y «preservar la democracia» en Estados Unidos. Bajo esta premisa, una parte importante de la élite del partido, y la propia Kamala Harris en una sorpresiva aparición la noche inaugural del evento, han lanzado emotivos discursos que hoy continuarán con la intervención del candidato vicepresidencial, Tim Walz. Se espera que el gobernador de Minnesota, de 60 años, exponga su visión política sobre cuestiones clave para el electorado, en una noche que transcurrirá bajo el lema «Una lucha por nuestras libertades».
Ayer, el momento álgido de la velada llegó de la mano del matrimonio Obama. El tema de la jornada era «Una visión audaz para el futuro de Estados Unidos», que, según los demócratas, peligra si el rival republicano regresa a la Casa Blanca. Tanto el exmandatario Barack Obama, como la que fue la primera dama, Michelle Obama, han participado en las últimas cuatro Convenciones Demócratas. El expresidente además también pronunció el discurso de apertura en el encuentro del partido de 2004 en Boston. Una muestra más del cariño y admiración que este país tiene por los Obama, hasta el punto de que muchos demócratas le pidieron a Michelle que presentara su candidatura a la presidencia cuando Joe Biden se retiró de la carrera a la Casa Blanca. Pero ella siempre ha dejado claro que no tiene intención de volver a la política, más allá de apoyar a su partido en los momentos clave, como el de anoche.
La vieja guardia demócrata no ha dudado en apoyar a los suyos en un momento crítico, con las encuestas favoreciendo a su candidata, pero aún muy ajustadas cuando quedan 77 días para los comicios. Por eso el lunes los asistentes pudieron escuchar el discurso de la primera mujer que se convirtió en candidata presidencial demócrata, la ex primera dama y antigua secretaria de Estado, Hillary Clinton, que pidió a Kamala Harris que hiciera lo que ella no consiguió, «romper el techo de cristal» y vencer a Trump para convertirse en la primera mujer presidenta. Su marido, el expresdiente Bill Clinton, participará hoy en la Convención.
Mucho más personal fue la intervención de la primera dama, Jill Biden, que hizo un recorrido por la vida que ha compartido con su marido en los casi 50 años que llevan juntos. Desde sus hijos hasta el ascenso a la vicepresidencia y la llegada del matrimonio a la Casa Blanca. «Hay momentos en los que me vuelvo a enamorar de él», dijo sobre el escenario, «como cuando hace unas semanas lo vi adentrarse en lo más profundo de su alma y decidir no buscar más la reelección y apoyar a Kamala Harris». Jill enfatizó la generosidad de su esposo, asegurando que «ha hecho cosas más grandes por los demás que por sí mismo», como dar un paso al lado para dejar que Harris tomara el relevo. «Con fe y convicción, Joe sabe que la fortaleza de la nación no proviene de la intimidación o la crueldad, sino de los pequeños actos y amabilidad que sanan heridas profundas», dijo la primera dama. «Kamala Harris sabe esto también».
Con el público con las emociones a flor de piel, sin duda el momento más emotivo hasta ahora ha sido la intervención de Joe Biden en un discurso que, claramente, formaba parte del inicio de su despedida de la vida política tras más de 50 años de carrera. Tuvo que secarse las lágrimas con un pañuelo blanco cuando su hija Ashley Biden le presentó como el 46º presidente de Estados Unidos y sobre el escenario el pabellón pudo ver a un presidente emocionado que les preguntaba directamente «¿estáis listos para votar por la libertad de EE UU?», dijo antes de recordar [[LINK:TAG|||tag|||63361aa1ecd56e361693272b|||el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021]]. «No puedes decir que amas un país solo cuando ganas», dijo refiriéndose a Trump. «No hay lugar para la violencia política», aseguró recordando el pasado profesional de su sucesora. «El crimen seguirá disminuyendo cuando pongamos a una fiscal en la Oficina Oval en vez de a un criminal convicto», subrayó.
Todo ante la atenta mirada de Harris, la gran estrella de esta Convención, cuya intervención, en principio, estaba reservada como broche final para el jueves. Pero la candidata demócrata no quiso esperar para saludar a los suyos y el primer día ya saltó al escenario. Allí, con apoyo sincero a su antecesor, disipó todas las dudas sobre si el relevo de cargo podría haber traído rencores dentro de las filas demócratas o entre ellos. Kamala empatizó con un discurso que sonaba a temprana despedida. «EE. UU, le di lo mejor de mí durante 50 años», dijo Biden. «Ha sido el honor de mi vida servir como presidente, pero amo más a mi país», aseguró confesando que no estaba enfadado con las personas que le habían pedido que no buscara la reelección, a pesar de que reconoció más tarde ante los periodistas que, desde que tomó la decisión de retirarse, no había vuelto a hablar con su gran amiga Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Represarte y voz crucial para que dentro del partido quedara claro que la trayectoria política de Biden había llegado a su fin.