El Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) ha puesto en evidencia por carta al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, "su profunda preocupación" por la "grave situación" que están afrontando los letrados de guardia en el madrileño Aeropuerto de Barajas a la hora de prestar asistencia jurídica a los extranjeros solicitantes de asilo.
El propio decano del ICAM, Eugenio Ribón, denuncia en esta misiva ante Marlaska la realidad alarmante y recurrente que sufren los abogados al prestar este servicio jurídico, que "debería estar guiado por dignidad y profesionalidad" y se está convirtiendo, "de manera habitual, en una experiencia caótica y desmoralizante" tanto para los compañeros de oficio como para los propios solicitantes.
Una de las causas centrales, expone, son las "graves carencias estructurales" que adolece el sistema debido a que hay falta de intérpretes cualificados, existe una sobrecarga de trabajo para los funcionarios de extranjería y los policías, pero también hay una estructural ausencia de los recursos más básicos que los profesionales de la abogacía necesitan para poder realizar allí su trabajo.
A ello se suman otras faltas como las de los mismos formularios que se necesitan para iniciar el proceso de solicitud de asilo o la inexistencia de coordinación entre las instancias de la Administración encargadas de tramitar las peticiones de los ciudadanos extranjeros.
El decano del ICAM advierte al ministro socialista del Gobierno que esta realidad "pone en riesgo los derechos fundamentales de las personas que buscan protección en nuestro país".
"Es inaceptable que nuestros abogados se vean obligados a desempeñar sus funciones en condiciones indignas, utilizando sus propios teléfonos para comunicarse con los solicitantes y trabajando en espacios inadecuados, sin mesas ni equipamiento mínimo necesario", le hace llegar Ribón sobre el caos que se vive diariamente en el aeropuerto.
Desde el decanato del ICAM solicitan al Ministro del Interior la implementación urgente de las medidas precisas que garanticen recursos humanos y materiales suficientes en las oficinas de asilo y extranjería, incluidos intérpretes capacitados y formularios adecuados para los trámites; espacios de trabajo dignos para los abogados de guardia, que les permitan llevar a cabo su labor en condiciones que respeten tanto su dignidad profesional como los ciudadanos que se les asigna.
Así como una coordinación efectiva entre las distintas entidades involucradas en el proceso de asilo, para evitar la duplicación de esfuerzos y la pérdida de tiempo en situaciones de extrema urgencia como las que en estos casos se producen.
Recuerda Ribón al ministro Grande-Marlaska la tarea que mantienen pendiente de asegurar condiciones económicas "justas" para los letrados que "reconozcan la dedicación y el sacrificio" y que pasan principalmente porque no tengan que asumir gastos adicionales, como el "parking o la comida", que ahora pagan de su propio bolsillo.