La primera Convención Demócrata a la que asistió Joe Biden se celebró en Miami en 1972. Este lunes, 52 años después, el octogenario comenzó a despedirse de la primera línea de la vida política pasando la antorcha a su sucesora, Kamala Harris, en la noche inaugural de la fiesta de los demócratas que se celebrará en Chicago hasta el jueves.
Posiblemente haya sido uno de los momentos más difíciles de su vida. Hace un mes, el presidente estadounidense tuvo que renunciar a su reelección presionado por los más destacados miembros de su partido, algo que llevaba tiempo negándose a hacer. Pero ayer quedó claro que la decisión se ha tomado sin rencor y con un objetivo es unánime, mantener la presencia demócrata en la Casa Blanca y proteger al país de la «amenaza» de Donald Trump.
El arranque de la convención se ha convertido en un homenaje al legado de Biden, de sabor algo agridulce para el presidente. Muchos de los que ahora elogian su legado en la convención son los mismos que le impulsaron a dar un paso a un lado hace solo unas semanas.
“Honraremos, por supuesto, al presidente Joe Biden. No estaríamos aquí sin él. Su récord histórico de logros con la vicepresidenta Harris a su lado no tiene parangón en ninguna presidencia de la historia moderna, y será un honor para nosotros destacar y mostrar sus logros”, afirmó este lunes Alex Hornbrock, director ejecutivo de la convención, en la primera rueda de prensa del cónclave.
Aunque no estaba previsto, Harris le robó el protagonismo a Biden al aparecer por sorpresa en el primer día de la convención, sin esperar al cierre del jueves, su gran noche de aceptación de la candidatura presidencial. "Cuando luchamos, ganamos", dijo la candidata, entre aplausos, tras entrar al escenario de improvisto al ritmo de la canción 'Freedom' de Beyoncé, una pieza que se ha convertido ya en su himno extraoficial de campaña.
La vicepresidenta aprovechó su intervención sorpresa para agradecer a Bien por su labor política y su "liderazgo histórico". "Te estaremos agradecidos por siempre (...) por una vida de servicio a la nación y todo lo que seguirás haciendo", manifestó Harris ante miles de delegados del partido, que la recibieron en un estallido de gritos y aplausos.
«Para el pueblo»
El lema del primer día de la Convención Demócrata fue «Para el pueblo», y además de los discursos de personajes destacados como la primera dama, Jill Biden, y la primera mujer que llegó a ser candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, también incluyó encuentros de miembros del partido con grupos minoritarios de hispanos y afroamericanos.
Las puertas del recinto United Center, donde tendrán lugar los actos principales esta semana, se abrieron a las cuatro de la tarde para dar la bienvenida a los más de 4.000 delegados llegados de distintos puntos del país y más de 50.000 asistentes que se esperan en el evento. Y todo en medio de fuertes medidas de seguridad por varias protestas organizadas por el conflicto en la Franja de Gaza que ya el domingo provocaron los primeros arrestos.
Hoy martes será el turno del expresidente Barack Obama, que tiene mucho en común con Harris en lo que a la defensa de igualdad racial se refiere y cuya popularidad y apoyo a la candidata ha permitido que muchos demócratas acepten el cambio Biden-Kamala a cuatro meses de las elecciones. Mañana, el público podrá ver sobre el escenario a otra figura importante del partido, el exmandatario Bill Clinton.
En un día bajo el título, «Una lucha por la libertad», el exmandatario estará acompañado de la exlíder de la Cámara de representantes, Nancy Pelosi. Hay rumores de que este día también podría participar en la Convención el congresista de Nueva York Tom Suozzi, que cambió de escaño republicano al demócrata el pasado año.
Pero el plato estrella vendrá con el discurso del compañero de fórmula de Kamala, Tim Walz, que podría convertirse en el primer caballero de este país, acompañando a la primera presidenta mujer y negra de EE UU Con su franqueza, Walz ha sabido ganarse a los demócratas más liberales con sus ataques directos al movimiento MAGA.
Mientras tanto, Trump, que dijo que no contraprogramaría la Convención Demócrata, parece haber cambiado de opinión. Ayer, el republicano visitó una fábrica de contenedores de combustible en York, mientras que su compañero de fórmula se dirigía los habitantes de Filadelfia, en el decisivo Estado de Pensilvania.
