Corría la noche del 28 de julio de 1996 en España. En Atlanta era algo más de media tarde. Allí, en el Georgia Tech Aquatic Center, la Selección española de waterpolo se proclamaba por primera vez campeona olímpica. Fue el culmen de un período dorado donde el equipo español, capitaneado por Manel Estiarte y con Jesús Rollán, Pedro García Aguado y compañía remontaba un 1-3 frente a Croacia y ganaba por 7-5 en una de las mayores gestas del deporte español.
Los llamaron el 'Dream Team' o 'Los Dioses del Agua' en las crónicas de la época. Y uno de ellos era Miguel Ángel Oca Gaia, popularmente conocido como Miki, que formó parte de aquella legendaria selección. Hace casi tres décadas de aquello. Y hoy, Oca vuelve a ver a España ganar un oro olímpico en la piscina, pero esta vez con las mujeres a las que lleva más de una década dirigiendo.
Desde que tomó las riendas del waterpolo femenino, Miki Oca no ha hecho más que cosechar éxitos. Con un bloque sólido, establecido y en el que ha ido asegurando el relevo generacional sin hacer grandes revoluciones, el seleccionador ha llevado a este deporte a las mayores cotas de éxito de su historia. Hasta el punto de convertirlo en la punta de lanza del deporte de equipo español.
La carrera de Oca como jugador ya fue brillante. Con España logró un total de nueve medallas en los campeonatos en los que participó. Un palmarés al que sólo le faltó el oro europeo -logró plata y bronce- para hacer el pleno. Ése que ahora logra como seleccionador. Lleva ya doce años, tres ciclos olímpicos completos completos, y en ese tiempo sus jugadoras han sacado 12 metales, más de los que él logró con el bañador. Tres oros europeos, un campeonato mundial y, ahora, también el olímpico.
Es evidente que las protagonistas de las victorias son las jugadoras. Pero tampoco cabe duda de que Miki Oca ha sido el gran artífice del ascenso del waterpolo femenino en nuestro país a lo más alto del deporte mundial. Y el oro olímpico es el último hito en este largo camino.
