Andy Wolff, el portero germano, impidió que la selección alcanzara su primera final olímpica
Y en el tercer drama España se despidió del sueño de la final olímpica. Después de superar a Croacia y a Egipto, la selección se estrelló contra el muro alemán que tuvo nombre propio, Andy Wolff. El portero alemán detuvo 22 de 45 lanzamientos y condenó a España a luchar por el bronce.
Cuando sonó la bocina del descanso, Andy Wolff tuvo que ir a recoger la pelota a la red. Era la duodécima vez que lo hacía después de haber sido una pesadilla para el ataque español durante gran parte de la primera mitad. Los 1,98 del guardameta alemán se hicieron gigantes durante demasiados ataques para España hasta terminar siendo decisivo. Los de Jordi Ribera no fueron capaces de descifrar la defensa alemana hasta que habían pasado 6:15 de partido. El seleccionador ya había consumido un tiempo muerto, había exigido más dureza en los choques, pero los germanos dominaban a su antojo impulsados desde la portería por Wolff. Al portero pronto le secundaron Knorr, marcando y generando juego, y Golla en el pivote. La semifinal no empezó bien hasta que entró en pista Agustín Casado y empezó a hacer cosquillas a Wolff.
España salió viva de un arranque traumático porque en la otra portería estaba Gonzalo Pérez de Vargas. Le costó más entrar en acción que a Wolff, pero cuando lo hizo empezó a sumar sin altibajos. Alemania tuvo un segundo amago de escapada con un parcial de 4-0 aprovechando la primera inferioridad española y que Wolff resultaba inabordable. Cerró el primer tiempo con once paradas en 22 lanzamientos, un penalti incluido y cuatro acciones acertadas desde lanzamientos de seis metros. Pero España fue capaz de sobreponerse a lo que hubiera sido un lastre insoportable para muchas selecciones. Cuando pudo correr el equipo se sintió cómodo y pese al protagonismo del portero siguió insistiendo con una tenacidad cercana a la cabezonería. Los "Hispanos" incluso se olvidaron de un contraataque que acabó en el larguero y la enésima acción de seis metros fallada. Ese empecinamiento fue lo que permitió llegar al descanso sin un rasguño y con Wolff recogiendo la pelota de la portería.
La dinámica no cambió al regreso de vestuarios porque Wolff siguió parando y Alemania encontró a su héroe de cuartos de final ante Francia, Uscins. El alemán consiguió sacar del partido a Gonzalo Pérez de Vargas y reabrir una diferencia de tres goles para su selección. España buscó otras soluciones empezando por la portería. Rodrigo Corrales reemplazó a Gonzalo y en ataque Tarrafeta respondió a cada una de las acciones de Uscins. Así España volvió a reducir la desventaja y el partido entró en el último cuarto con todo por decidir (20-20). España tenía dos problemas: Wolff y Uscins, que ya sumaba media docena de goles en la segunda parte. Pero Alemania tenía también los suyos y el primero era Aleix Gómez que llegó a poner a España por primera vez por delante con menos de diez minutos de semifinal pendiente. En el intercambio de golpes en que se convirtió el partido, España empezaba a sentirse más cómoda. Uscins no tenía compañía para amenazar la portería española. Y los chicos de Jordi Ribera se repartían el trabajo en los dos lados de la pista. Así llegó España a los cinco minutos finales por delante (23-24). Pero Wolff seguía siendo una pesadilla. Su figura se agigantó aún más en el momento definitivo. Detuvo cuatro acciones de seis metros de tres jugadores diferentes y España volvía a estar por detrás en los dos minutos finales. Pese a todo, España tuvo 27 segundos para forzar la prórroga. Wolff seguía ahí y España deberá luchar por un nuevo bronce olímpico
25. Alemania (12+13): Wolff, Golla (4), Witzke (1), Heymann (2), Knorr (4), Koester (3), Uscins (6), Haefner (1), Dhamke (0), Mertens (1), Steinert (3), Grgic (0) y Kohlabcher (0) y Spaeth (0).
24. España (12+12): Pérez de Vargas, Corrales, Maqueda (0), A. Dujshebav (1), Garciandia (2), Serdio (2), Casado (4), Gómez (3), Tarrafeta (4), Sánchez-Migallón (0), D. Dujshbaev (), Odriozola (2), Fernández (5) y J. Rodríguez (1).
Árbitros: Nachevski y Nikolov (Mac). Sin descalificado.
Incidencias: 25.000 espectadores en el Stade Pierre Mauroy de Lille.
