Aunque no existe un número concreto, la medicina, en particular desde el médico alemán Carl Reinhold August Wunderlich, ha establecido por años que la temperatura estándar del cuerpo humano suele estar entre los 36 y 37 grados. A raíz de esta conclusión, es que podemos identificar cuando nuestro cuerpo está por experimentar, o está ya padeciendo fiebre, entre otras complicaciones como los golpes de calor o la hipotermia.
Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que este valor podría ya no ser el ideal, o al menos el promedio, debido a que con el paso del tiempo, la temperatura corporal de los seres humanos tiende a disminuir gradualmente. El equipo de Julie Parsonnet de la Universidad de Stanford, California, realizó mediciones durante 150 años con las cuales determinó que la gente tiene cada vez más frío y, por ende, el valor con el que hemos medido la temperatura a lo largo de los años ha quedado ya obsoleto.
La investigación en California se realizó a partir de 677.000 mediciones de temperatura a lo largo de diferentes periodos. Por ejemplo, se comenzó con los veteranos de la Guerra Civil en los Estados Unidos, es decir, personas nacidas en la primera mitad del siglo XIX, pasando por mediciones de la década de los 70, hasta pacientes del Stanford Health Care entre 2007 y 2017.
Los datos arrojaron una conclusión concreta: la temperatura corporal está disminuyendo década tras década, aproximadamente 0,03 grados Celsius cada 10 años. Cabe resaltar que dicho estudio ha tenido en consideración las variaciones típicas que se presentan dependiendo del lugar de medición (boca, axila, ano), el sexo —estudios han mostrado que la temperatura de las mujeres suele ser un poco más alta debido al ciclo menstrual—, la hora del día, el metabolismo y la calidad de los instrumentos usados para la medición.
Si bien los científicos no se han animado a dar un nuevo número con el cual guiarnos como estándar, los de Julie Parsonnet sí han afirmado con seguridad que la temperatura del cuerpo humano es ahora inferior a la comúnmente aceptada.
La disminución de la temperatura corporal se atribuye a varios factores vinculados con el estilo de vida que los humanos hemos tenido a lo largo de la historia. La temperatura corporal promedio se estableció en 36,6 grados Celsius en el siglo XIX, basado en estudios que reflejaban las condiciones de salud de esa época. Sin embargo, está claro que el ritmo de vida, las condiciones de higiene y salud, los hábitos, entre otras cosas, no son los mismos de hace más de 100 años.
Científicos han señalado que una de las razones principales es la reducción en la incidencia de enfermedades crónicas inflamatorias (la tuberculosis, por ejemplo) y la mejora general en la salud pública, lo que ha disminuido la tasa metabólica basal; es decir, la cantidad mínima de energía que el cuerpo necesita para mantener las funciones vitales básicas en reposo, como la respiración, la circulación sanguínea, la regulación de la temperatura corporal y el funcionamiento de los órganos.
Además, el uso generalizado de calefacción y la vida en ambientes más controlados también contribuyen a esta disminución en la temperatura corporal promedio porque reduce la necesidad de que el cuerpo gaste energía adicional para mantener su temperatura interna.
