El espectáculo vivido ayer en Cataluña ha provocado una gran indignación en toda España, incluido en el deporte. El día de la investidura de Salvador Illa ha tenido como indiscutible protagonista al ex presidente de la Generalitat[[LINK:INTERNO|||Article|||66b5054894e9b0e4ad38fb83|||, Carles Puigdemont, que volvió a fugarse de Cataluña, burlándose del dispositivo de los Mossos d’Esquadra]] y de paso del Ministerio del Interior dirigido por Fernando Grande-Marlaska, máximo responsable de la persecución policial del prófugo separatista.
El actor principal del día tenía que ser el socialista pero la fuga de Puigdemont dejó en un segundísimo plano el pleno de investidura. La cámara catalana nunca vivió una situación similar.
Una hora antes del inicio del pleno, llegó el momento más esperado por el independentismo desde 2017: el regreso de Puigdemont a Cataluña. Se paseó libremente aclamado por los suyos, ofreció su discurso en la tarima y se despidió gritando «Visca Catalunya lliure» con el puño en alto. A partir de ahí el disloque fue total. Se le vio bajar de la tarima junto a su abogado Gonzalo Boye y simplemente desapareció entre la multitud que se dirigía a la única puerta habilitada para acceder al parque de la Ciutadella, lugar en el que está el Parlament catalán. Una hora después,[[LINK:INTERNO|||Article|||66b5e1ea9ca33300078fa63b|||al ver que Puigdemont no aparecía por ningún lado, se activó el «Plan Jaula» de los Mossos, pero sin los resultados esperados.]]
Tras la surrealista fuga mucho se ha hablado de su trayectoria política, sus cuentas pendientes con la justicia, su patrimonio o su lado más personal. Pero hay un detalle futbolero que que pocos conocen de su pasado.
Puigdemont (Amer, Girona, 1962), casado y con dos hijas, estudió Filología Catalana en el Colegio Universitario de Girona, y en su etapa como periodista fue redactor jefe del diario El Punt, periódico en el que empezó a trabajar en 1981.
Entre 1999 y 2002 fue el primer director de la Agencia Catalana de Notícies, la agencia de noticias pública de la Generalitat, y también fue director general del periódico Catalonia Today, un periódico catalán escrito en inglés que contribuyó a impulsar. Durante casi tres décadas su actividad profesional estuvo relacionada con el sector de la comunicación, excepto el período en que fue director de la Casa de Cultura de Girona desde 2002 a 2004, mientras que a partir de 2006 empezó a dedicarse activamente a la política desde la capital gerundense.
Pero su trayectoria también está muy vinculada al fútbol. Es aficionado del Girona, del que es socio, y del FC Barcelona, en el que tiene una gran relación con Joan Laporta. Por ejemplo, se reunieron a principios de julio de 2020 en Perpiñán para recabar el apoyo del líder soberanista en su intento de volver a presentarse a las elecciones del club azulgrana.
Sin embargo hay una anécdota que pocos conocen de sus inicios como periodista y que se encargó de desvelar la cadena Cope. Con 16 años ya hizo sus primeros pinitos en el diario Los Sitios, el actual Diari de Girona, donde se estrenó en el mundo de la comunicación escribiendo crónicas deportivas. Puigdemont fue durante un tiempo el corresponsal del equipo de su pueblo, así como lo hizo en la capital de provincia.
Ahora, sigue al club de sus amores desde la distancia aunque suele mostrar su apoyo constante a través de la redes sociales.
