Descubre toda la información sobre el santo de hoy, viernes 9 de agosto 2024. El santoral de la Iglesia Católica y su historia en La Razón
El santoral católico es una lista que recoge los nombres de los santos y beatos reconocidos oficialmente por la Iglesia Católica y los asigna a una fecha específica en el calendario. En total, el santoral incluye alrededor de 7.000 personajes insignes. Los santos son hombres y mujeres que han dejado una huella en la historia del cristianismo, destacándose por su sacrificio y su vínculo especial con lo espiritual. Los beatos, por otro lado, están en camino hacia la canonización, es decir, en proceso de ser reconocidos como santos.
Edith Stein, cuyo nombre religioso era Teresa Benedicta de la Cruz, fue una mujer excepcional que marcó profundamente el siglo XX. Nacida en Breslau (actual Wrocław, Polonia) en 1891, en el seno de una familia judía, Edith demostró desde joven una inteligencia excepcional. Se destacó en filosofía, siendo discípula del reconocido Edmund Husserl.
Su vida dio un giro radical tras un profundo proceso de búsqueda espiritual que la llevó al encuentro con la figura de Jesucristo. Cautivada por la belleza de la fe cristiana, Edith Stein se convirtió al catolicismo en 1922. Este acontecimiento marcó un antes y un después en su vida, pues descubrió en la fe católica la respuesta a sus inquietudes existenciales.
La conversión al catolicismo no solo transformó su vida espiritual, sino que también la llevó a descubrir su vocación religiosa. Atraída por la vida contemplativa, ingresó al Carmelo en 1934, tomando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. En este lugar encontró la paz y la plenitud que había buscado durante años.
La vida de Santa Teresa Benedicta de la Cruz se vio truncada por la barbarie nazi. Debido a su origen judío y a su vida religiosa, fue perseguida y deportada al campo de concentración de Auschwitz, donde murió mártir en 1942.
Su muerte la convirtió en un símbolo de la reconciliación entre judíos y cristianos. Su figura representa la búsqueda de la verdad, la importancia de la fe y la valentía para vivir según los propios ideales, incluso ante la adversidad.
San Osvaldo de Maserfield fue un rey de Northumbria, un antiguo reino anglosajón que abarcaba parte de lo que hoy es Inglaterra y Escocia. Su reinado, aunque breve, dejó una huella imborrable en la historia de la Iglesia en Inglaterra, convirtiéndole en una figura venerada y recordada hasta nuestros días.
Nacido en el seno de una familia real, Osvaldo tuvo una infancia marcada por la tragedia. Tras la muerte de su padre, tuvo que exiliarse en Escocia para salvar su vida. Fue precisamente durante su exilio que entró en contacto con el cristianismo y se convirtió.
A su regreso a Northumbria, Osvaldo logró unificar el reino y restablecer la paz. Como buen cristiano, se dedicó a difundir la fe en sus dominios. Invitó a misioneros de Escocia, entre ellos a San Aidan, quien se convirtió en su consejero espiritual y en el primer obispo de Lindisfarne.
La obra evangelizadora de Osvaldo no estuvo exenta de dificultades. Tuvo que enfrentarse a la oposición de otros reyes paganos. En 642, en la batalla de Maserfield, cayó en combate luchando contra el rey pagano Penda de Mercia. Su muerte lo convirtió en un mártir y su cuerpo fue trasladado a Lindisfarne, donde se convirtió en un lugar de peregrinación.
