El visitante puede descubrir las bodegas subterráneas y adentrarse en la vida del pastor y del maestro quesero
Ni playa ni montaña… Los amantes de la gastronomía y los encantos del mundo rural suelen decantarse por planes de interior cuando disponen de unos días de descanso. Da igual la época del año, este tipo de escapadas siempre son un acierto, pues ofrecen al visitante infinidad de experiencias inmersivas interesantes y enriquecedoras durante las cuatro estaciones. En este sentido, la Ruta del Vino de Rueda nunca defrauda. En el corazón de Castilla y sobre el margen izquierdo del río Duero, se abre paso la ruta por las tierras del verdejo, con más de 23 municipios cargados de encanto por sus paisajes, su historia, su riqueza artística, su gastronomía y, cómo no, su tradición vitivinícola.
Esta ruta comprende unas 30 bodegas visitables, ubicadas no solo en Valladolid, sino también en Ávila y Segovia. que tienen una característica excepcional que las dota de un encanto muy especial: son subterráneas. Se puede decir que esta zona es una especie de queso Gruyère que alberga un montón de secretos en torno al vino, uno de sus más preciados tesoros. Su subsuelo es un enigmático laberinto repleto de galerías en las que se elaboran algunos de los vinos más codiciados de Rueda.
Visitar cualquiera de estas bodegas resulta muy interesante. Todas esconden una historia que merece la pena ser contada, como la Bodega Muelas, ubicada en el centro histórico de Tordesillas, a 20 metros de su Plaza Mayor. Cinco generaciones de la misma familia han dedicado su esfuerzo a la producción y crianza de los vinos, que se elaboran con las variedades autóctonas: verdejo y tempranillo. En la actualidad, las hermanas Helena y Reyes Muelas llevan las riendas de este proyecto familiar que se ha convertido en un referente en la elaboración de vinos en bodega subterránea de la denominación de origen Rueda. Dos mujeres jóvenes y preparadas, que llevan todo el proceso en la sangre y saben transmitir como nadie la pasión por este excitante, pero nada sencillo mundo.
Esta maravilla cuenta con tres niveles subterráneos, que alcanzan 13 metros de profundidad y pueden ser visitados para descubrir todo el proceso de elaboración tradicional de sus vinos, con una técnica que se ha ido transmitiendo meticulosamente de generación en generación desde hace décadas para garantizar la supervivencia de unos productos de extraordinaria calidad. Tras la visita, llega el momento más esperado del recorrido, el de catar algunos de los caldos que durante años han reposado bajo el encantador local que está a pie de calle, un instante mágico y delicioso que impregna de magia el paladar de sus visitantes.
El vino es el protagonista de esta ruta, el eje vertebrador que articula todas las experiencias que brinda esta tierra y va dejando paso a infinidad de actividades extraordinarias tanto para los locales como para los visitantes. Una de ellas es «Conversaciones con el pastor», un proyecto que pone en valor la trashumancia (declarada Patrimonio Universal por la Unesco en 2023) y el sector quesero del territorio, tratando de proporcionar una vivencia enriquecedora y respetuosa con el entorno y la comunidad local.
Esta experiencia, que tiene lugar entre mayo y octubre por una cuestión climatológica, es una oportunidad única de sumergirse en la vida cotidiana del pastor y el maestro quesero, entender su labor con las ovejas y conocer el proceso de cuidado que afecta a la calidad del queso.
La inmersión en esta vivencia brinda una conexión más profunda con la autenticidad de este territorio y la realidad diaria de la vida pastoril, al mismo tiempo que apoya prácticas alimentarias sostenibles, promoviendo el consumo consciente de productos locales.
Después de charlar con el pastor y presenciar su incansable labor diaria, el turista puede visitar una quesería y conocer el proceso de transformación de la leche en queso. Una de ellas, Campoveja, además de mostrar los entresijos de la elaboración de sus productos, puso de manifiesto que se plantean ciertos interrogantes respecto al futuro del queso artesanal. La leche fresca es imprescindible para su continuidad y la escasez de pastores pone en riesgo la continuidad de esta profesión y, por tanto, la de los quesos tradicionales. Esta inmersión se completa, como no podía ser de otra forma, con una cata de quesos maridados con vinos que fusiona los sabores y aromas de este enclave.
Y hay más… La Ruta del Vino de Rueda organiza infinidad de actividades irresistibles durante todo el año para promover y fomentar el turismo de calidad en torno en vino. En primavera destacan sus Catas Singulares en Lugares Únicos, una iniciativa nacida en 2022 y galardonada con el «Premio Provincia de Valladolid a la Mejor Iniciativa Turística 2023» en la II Edición de los Premios de Turismo Provincia de Valladolid por poner en valor el patrimonio histórico y cultural del territorio de forma original. Sin duda, una oportunidad sin igual para vivir la experiencia de la cata en entornos especiales, a través de un diálogo entre el público y el enólogo, el quesero artesano y la música en directo. Todo ello, con la magia del atardecer como telón de fondo y enclaves singulares como testigos.
Ahora, en verano, con la llegada de las fiestas patronales, merece la pena adentrarse en sus pueblos, que se transforman en escenarios de alegría y tradición. Sus plazas y calles se llenan de risas, se impregnan de los aromas de la gastronomía local y resuena la música de las verbenas nocturnas. Cada rincón se convierte en un escenario de actividades aptas para todas las edades para disfrutar de la magia de estos festejos.
Y, cómo olvidarse de la época más bonita de esta tierra: la vendimia. En septiembre, esta zona vive el momento más mágico del año. Tras doce meses de esfuerzo, llega el final de un ciclo natural en la vid y el comienzo de una nueva añada. Muchas bodegas organizan planes especiales para que el viajero pueda experimentar la vendimia y, así, contagiarle su amor por la tierra y el vino.
Sin duda, un modo seductor de poner un broche de oro al estío.
