La cancelación de los tres conciertos de Taylor Swift previstos para este fin de semana en Viena ha dejado sobrecogida a la población. Las amenazas a veces se cumplen y, de no haber tomado esta drástica medida por parte de las autoridades austríacas y los organizadores del evento, podría haber ocurrido una tragedia similar a la de Manchester en 2017.
El atentado terrorista que se produjo al finalizar el concierto que ofreció Ariana Grande en el O2 Arena de Manchester dejó 22 personas muertas y con más de 800 heridos. Cuatro años después, una investigación sobre la tragedia determinó que el ataque se podría haber evitado. El estudio dirigido por Sir John Saunders concluyó que "hubo una serie de oportunidades perdidas para alterar el curso de lo que sucedió esa noche".
La explosión, denunciada por la entonces primera ministra Theresa May como un ataque terrorista, se produjo a las 22:33 h. en el vestíbulo del Manchester Arena. Un atacante suicida libanés de 22 años, que la policía identificó como Shalman Abedi, activó un dispositivo explosivo improvisado. El autodenominado Estado Islámico se atribuyó el atentado. Se arrestó también al hermano, de 23 años, y tanto en la ciudad británica como en Libia se sucedieron varias redadas y detenciones. Entre ellas, la de otros miembros del clan familiar por sus vínculos con el Estado Islámico.
Theresa May advirtió de una amenaza "inminente", por lo que el nivel de amenaza terrorista del país subió de "severo" a "crítico". A pesar de las detenciones, los documentos señalaron como responsables de lo ocurrido a la empresa de seguridad Showsec, a los operadores del recinto, SMG, y a la propia Policía de Transporte Británica, quienes no detectaron las “oportunidades perdidas” para frenar al atacante suicida.
El terrorista debería haber sido identificado como una amenaza potencial después de pasar por tres “reconocimientos hostiles” que los responsables de seguridad no detectaron. "Existía la oportunidad para que SMG hiciera más difícil el reconocimiento hostil para Abedi durante los eventos empujando el perímetro de seguridad de la operación de seguridad".
De acuerdo con la investigación, el sistema de CCTV instalado por SMG era inadecuado: "Si se hubiera eliminado el punto ciego mediante un aumento de CCTV o mediante patrullas, [Abedi] se habría identificado la actividad". Por otra parte, los guardias de seguridad no pudieron comunicarse con la sala de control después de que una persona del público detectase a Abedi y diese la voz de alarma.
Ariana Grande publicó un tuit en el que se declaró "destrozada" tras lo sucedido: "Desde el fondo de mi corazón, lo siento mucho. No tengo palabras". Solo dos semanas más tarde organizó el recital solidario One Love Manchester donde recaudó más de 18 millones para las víctimas.
Un año después de la tragedia publicó una carta en la que explicaba que no sabría si alguna vez superaría su dolor. En 2019 volvió a compartir el impacto que le dejó la tragedia y reconoció que era una de las muchas personas afectadas por el ataque que sufría estrés postraumático y lo que se conoce como el sentimiento de culpa del superviviente. "Resulta duro hablar de ello porque hay gente que ha sufrido unas pérdidas brutales, horribles. Pero sí, es algo real".