La caribeña desbanca a jamaicanas y yanquis como reina de la velocidad. Tercer oro seguido de Ryan Crouser en lanzamiento de peso
La campana de los campeones olímpicos después de la final de los 100 femenino la tocó Julien Alfred. No fue una jamaicana –Shelly-Ann Fraser-Pryce no pudo correr en busca de su quinta medalla olímpica seguida por problemas en los isquios–, tampoco una de las tres estadounidenses. El oro fue para la velocista de Santa Lucía, una diminuta isla caribeña de menos de 200.000 habitantes, que paró el crono en 10.72, récord de su país. El resto del podio fue yanqui con la campeona del mundo Sha’Carri Richardson (10.87) y Melissa Jefferson (10.92).
Fue una final marcada por la incesante lluvia que llevaba un rato cayendo en el estadio. A Julien Alfred le dio igual que poco después de los tacos, la pista estuviera para chapotear. Importó poco que fuera la cuarta finalista en dejar los tacos porque a los 15 metros ya había tomado la cabeza de carrera y nadie fue capaz de inquietarla. Había algunas dudas sobre su rendimiento en el segundo tramo de la recta. Alfred fue campeona del mundo de 60 en pista cubierta en Glasgow a primeros de marzo. Es una especialista en la distancia corta, pero su segundo tramo del hectómetro fue todavía mejor que el primero. La décima y media de ventaja en meta revelan una final que resultó un monólogo. La heredera del trono de Elaine Thompson fue Julien Alfred.
El que volvió a subir a lo más alto del podio, y ya son tres Juegos seguidos, fue el estadounidense Ryan Crouser en el lanzamiento de peso. Las medallas se tasaron en 22 metros y él fue el encargado de fijar el listón con un concurso en el que sus tres lanzamientos válidos estuvieron por encima de esa distancia. Fue en el tercero en el que disparó hasta 22,90, su mejor tiro del curso. En el podio le acompañaron su compatriota Kovacs con 22,15 pese a la lluvia que ya caía sobre París y el jamaicano Campbell con idéntica marca, pero que se quedó con el bronce porque su segundo lanzamiento fue más corto que el de Kovacs.
No fueron las únicas estrellas en el estadio. Armand Duplantis, el plusmarquista mundial de salto con pértiga que busca su segundo oro olímpico, cumplió el trámite de la ronda de clasificación hacia la final con un vuelo de 5,75. En la recta, el estadounidense Noah Lyles, campeón del mundo del hectómetro y que en París busca el triplete, y el italiano Marcell Jacobs, campeón olímpico en Tokio, empezaron su desafío para la final de hoy con dos carreras ligeramente por encima de los diez segundos. Hoy la final.
