El carrerón que se marcó Thierry Ndikumwenayo en los 10.000 metros lisos, donde se codeó con los mejores del mundo de tú a tú hasta el final, ya forma parte de la historia del atletismo español. Thierry estuvo de ¡matrícula de honor! Rozando el diploma (9º) con récord de España (26:49.49) y segundo europeo de todos los tiempos a menos de tres segundos de Mo Farah.
Se quedó a dos segundos y medio del diploma olímpico. Pero eso es casi lo de menos. El atleta del Club Playas de Castellón ha destrozado literalmente el récord de España para convertirse en el primer atleta de nuestro país que baja de los 27 minutos. Pero ¿Quién es Thierry Ndikumwenayo y por qué compite con España?
Ayer hizo historia en París pero llegar hasta aquí no ha sido fácil. La trayectoria vital de Thierry Ndikumwenayo es digna de película. Una de esas en las que un deportista que no tiene nada alcanza la gloria gracias a su tesón y a un mentor que, por suerte, en este caso fue español.
Thierry (27 años) nació en Burundi, uno de los países más pobres del mundo. Hay informes que cifran en sólo 200 euros al año el poder adquisitivo de sus habitantes. Es una de las naciones azotadas por una de las hambrunas más graves del continente africano. Su localidad, Kyriama, está a miles de kilómetros de España, país al que ahora representa.
Ndikumwenayo creció en un entorno de máxima pobreza y precariedad. Sin televisión ni siquiera sabía lo que era el Atletismo. Jamás vio a Bekele, El Gerrouj o Kipchoge. “De pequeño, yo no conocía la existencia del atletismo. Nunca lo había visto. Empecé a correr como un juego. Un día, en la escuela, organizaron una prueba de 200 metros. Quedé segundo, pero el ganador me dio la opción de repetir la carrera días más tarde. Volví y gané. A partir de ese momento, un entrenador de atletismo me dijo que tenía condiciones y me animó a seguir. En aquel momento, ya tenía 16 años. Es decir, me introduje en el atletismo bastante tarde”, ha comentado en muchas de sus entrevistas.
Thierry Ndikumwenayo forma parte del Proyecto FER, programa de ayudas económicas impulsadas por el empresario Juan Roig a través de la Fundación Trinidad Alfonso. Su crecimiento resultó meteórico. A los pocos meses de aquella primera carrera, fue convocado por su Federación nacional para competir en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2024, en China, donde consiguió la medalla de plata en la prueba de 3.000 metros. Aquella brillante actuación fascinó a Llorenç Solbes, un entrenador español que le invitó a venir a España. De inicio, la propuesta encontró la oposición de las autoridades deportivas de Burundi. Alegaban que Thierry todavía era demasiado joven (sólo 17 años). Pero acabaron cediendo y aceptando. Así comenzaba su aventura española aunque en forma de visado por tres meses por que tuvo que volver a su país. Finalmente regresaría en 2016 gracias al proyecto CET Plan2Win de Solbes, una especie de ONG que ofrece oportunidades a corredores de diferentes países africanos. Solbes se fue a Catar y, finalmente, Pepe Ortuño, director deportivo del Playas Castellón, le ofreció un contrato de trabajo que le permitió residir en nuestro país.
El fondista recibió la nacionalidad española por carta de naturaleza en noviembre de 2022. Estas nacionalidades por decreto son una medida especial (se conceden una decena o veintena al año), que se aprueba «cuando en el interesado concurren circunstancias excepcionales», dice la norma. Su caso no es ni mucho menos único. Solo en lo que va de año 2024, el Ejecutivo ha concedido la nacionalidad con ese procedimiento a cinco deportistas: la yudoca Malin Wilson, el luchador Moha Mottaghinia, el futbolista Dean Huijsen, el luchador Ilia Topuria y la atleta Yulenmis Aguilar.
El camino hacia el éxito fue tan dinámico y rápido como sus zancadas. Su estreno con la selección nacional no pudo ser mejor. En junio de 2023, logró la victoria en los 5.000 metros del Campeonato de Europa por naciones, en Polonia. Dos meses más tarde, en agosto, disputó en Budapest el Campeonato del Mundo. Thierry rozó el pase a la final de los 5.000 metros. Y hace pocas semanas, a mediados de marzo, firmó una colosal actuación en el Mundial de cross, evento desarrollado en Belgrado y en el que repitió el noveno puesto alcanzado en 2019 con su país de origen.
Tímido en las distancias cortas se transforma en un animal en cuanto salta a la pista. Su familia, todavía en Burundi -es el sexto del nueve hermanos- vive emocionada cada éxito del Tigre. Y España. también.