El director artístico de la polémica ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, Thomas Jolly, denuncia haber recibido "mensajes de amenazas e insultos criticando su orientación sexual y su supuesto origen israelí". Como respuesta, la Fiscalía de París ha abierto una investigación por ciberacoso dirigida por el Centro Nacional de Lucha contra el Odio en Internet (PNLH) que ha recibido el apoyo de Emmanuel Macron, según la agencia AFP. "Nada justifica amenazar a un artista", ha dicho el presidente francés.
En su denuncia, Jolly explica que "fue blanco en las redes sociales de mensajes de amenazas e insultos". Los cargos que incluye son "amenazas de muerte por su origen, amenazas de muerte por su orientación sexual, insulto público por su origen, insulto público por su orientación sexual y difamación". Aunque la investigación se encuentra en sus primeras fases, ha trascendido que muchos de estos mensajes están escritos en inglés. El comité organizador de los Juegos Olímpicos de París también "condena enérgicamente las amenazas y el acoso" de los que son "víctimas" los autores y artistas de la ceremonia inaugural, entre ellos Jolly.
Durante 45 minutos, bailarines, incluidas drag queens, desfilaron por una pasarela elevada que culminaba con la actuación del cantante francés Philippe Katerine, que emergió bajo una gigantesca cúpula plateada, pintada completamente de azul y ligero de ropa, para interpretar "Nude".
La escena provocó una furia pública casi instantánea, particularmente entre aquellos que la interpretaron como una parodia de "La última cena" de Leonardo da Vinci y una burla al cristianismo. Aunque el director artístico quiso justificar la idea explicando que se trataba de un "gran festival pagano" relacionado con los dioses del Olimpo, finalmente los artistas que participaron en el montaje han confirmado que la representación pretendía imitar el famoso cuadro del genio renacentista. Salen al paso así de las explicaciones y excusas del comité organizador.
A la denuncia del director artístico se suma la de la DJ francesa Barbara Butch, que apareció con una corona de aureola plateada y un vestido escotado mientras representaba la figura de Jesús en la parodia. Ella también asegura que está siendo objeto de una "ola de odio" por la que se abierto una segunda investigación en París, por ciberacoso agravado y amenazas de muerte. La activista feminista y lesbiana, conocida por sus campañas a favor de las personas obesas, acompañaba a las drag queens en el cuadro.
Butch, de 43 años, ha declarado que, como lesbiana y orgullosa de su obesidad, es blanco habitual de hostilidad, tanto en persona como en redes sociales."Mi imagen molesta a la gente", ha declarado esta mujer que lleva tatuadas en su pecho, vientre y brazos palabras como "lesbiana" y "gorda".