Jon Rahm cerró el puño con rabia cuando entró el putt con el que salvaba el par en el hoyo 18 de su segundo recorrido en los Juegos de París. Era importante no fallarlo y encarar con un buen sabor de boca el fin de semana, donde se repartirán las medallas. Después de una vuelta brillante, con seis birdies y un bogey, no era plan de estropear el -5 del día y el -9 en el total con otro bogey inesperado. Había fallado la calle en la salida de ese 18 y su rabia al salvar la papeleta demuestra que se ve con feeling para ir a por los metales.
Venía de un par en el 17 donde rozó la bola para birdie tocó el borde del hoyo antes de no querer entrar, y de tres birdies consecutivos (14, 15 y 16) en una de esas rachas típicas del mejor Rahm, cuando entra en trance y martillea desde el tee para acabar siendo un killer en el green. Y eso es lo que hizo en esa parte final de su recorrido, ser el León de Barrika, y olvidarse que ha ganado un único torneo en más de 400 días y que fue el pasado fin de semana en el LIV saudí, donde no se había estrenado hasta ahora.
Dijo el jueves que su objetivo era no cometer errores e ir avanzando en el torneo olímpico y eso hizo este viernes, colocarse muy cerca de los primeros y poder luchar por las medallas sin tener que hacer una remontada titánica. Sus 66 golpes del viernes empezaron con tres birdies seguidos en los hoyos 2, 3 y 4, una declaración de intenciones de buena mañana, porque antes de las diez ya estaba en marcha su vuelta en Le Golf National, muy cerquita de París.
Fue un Rahm completo, rotundo, en todas las partes del juego. En el par 3 del 14 dio un golpazo de salida para dejar la bola a menos de metro y medio del hoyo, más cerca que nadie en todo el torneo, y ahí empezó un festival en el green, que pudo ser mejor si entra el putt del 17 y algún otro que estuvo cerca durante su recorrido. Pudo ser mejor, pero fue muy bueno y suficiente para quedarse justo al lado de los líderes. Exactamente, a dos golpes del trío de cabeza: Schauffele, Matsuyama y Fleetwood, que mandan con -11. El japonés ayudo con un doble bogey en el 18 después de dos birdies y el británico también cedió un impacto en el último hoyo para dejar todo muy apretado a falta de dos jornadas.
El otro representante español, David Puig, volvió a firmar 69 golpes, igual que el primer día, para quedarse con un -4 antes del fin de semana. En su segunda vuelta a Le Golf National hizo cuatro birdies y dos bogeys.
