El Ejército ucraniano repelió durante la madrugada y la mañana del miércoles los más de cuarenta drones lanzados por Rusia contra la región de Kyiv en el que es, según las autoridades ucranianas, el mayor ataque con aparatos no tripulados contra la capital y su alrededores en lo que va de año. Moscú lanzó en las primeras horas del día contra el conjunto del territorio ucraniano un total de 89 drones kamikaze iraníes Shahed, según el parte ofrecido por la Fuerza Aérea ucraniana. Los drones fueron lanzados desde distintos puntos del oeste de Rusia situados cerca de la frontera con Ucrania.
Las defensas aéreas ucranianas consiguieron derribar en su totalidad los 89 drones, evitando además muertos y heridos por la caída de los fragmentos, que sí han provocado daños materiales en algunas construcciones de las afueras de Kyiv. Las fuerzas ucranianas recurrieron para derribar los drones a sus unidades antimisiles, a la aviación y a patrullas móviles con armas más ligeras. Los aparatos no tripulados llegaron a la región de Kyiv en dos oleadas distintas. La primera se extendió durante buena parte de la madrugada mientras que la segunda duró alrededor de una hora e hizo sonar las alarmas antiaéreas alrededor de las siete de la mañana en Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha destacado el buen desempeño de las defensas ucranianas a la hora de hacer frente al bombardeo. El jefe del Estado ha explicado que este porcentaje del 100 por ciento de objetivos interceptados es posible gracias a los niveles de suministros adecuados de los sistemas y la munición requeridos para derribar drones. Pero ha recordado que las exigencias son distintas para defenderse de los misiles. «Se necesita el mismo nivel de defensa contra los misiles rusos y contra la aviación de combate del ocupante», ha escrito en sus redes sociales.
Zelenski ha insistido en que Ucrania precisa de «suficientes sistemas de defensa aérea» que además tengan un «alcance suficiente» para responder con la misma efectividad que la demostrada este miércoles contra posibles ataques similares con misiles. En este sentido, el Ministerio de Exteriores de Ucrania ha vuelto a pedir a los aliados occidentales de Kyiv que le permitan golpear más objetivos dentro de Rusia con el armamento que envían a Ucrania, en un mensaje publicado en redes sociales. «Ucrania tiene que poder no sólo repeler los ataques rusos sino también golpear objetivos militares dentro de Rusia desde los que se originan estos ataques», dice la cuenta oficial del Ministerio en la red social X en una serie de mensajes sobre el último bombardeo ruso.
Rusia ataca casi cada noche territorio ucraniano con drones kamikaze Shahed, una tecnología relativamente barata adquirida de Irán que es capaz de alcanzar objetivos a un millar de kilómetros de distancia. Ucrania suele derribar la gran mayoría de drones utilizados en estos ataques. Según los expertos, Rusia busca con estos ataques agotar las municiones de las defensas aéreas ucranianas e identificar su localización.
Según el coronel en la reserva ucraniano Serguí Grabski, el ataque masivo de este miércoles podría tener precisamente esa función. «Puede que en un día o dos Rusia lance un ataque con misiles, pero también es posible que decida no hacerlo al haber comprobado que es prematuro agotar parte de sus limitadas reservas de misiles balísticos para atacar Ucrania con resultados satisfactorios», dijo Grabski en una entrevista telefónica con EFE.