Antoine de Saint-Exupéry (Lyon, 1900-Mar Mediterráneo, 1944) tuvo un final digno de su relato más aclamado: 'El Principito'. La obra escrita en francés más leída, más vendida y más traducida de la historia: ¡hasta tiene una traducción al andaluz!: 'Er Prinzipito'.
Una mañana de hace justo 80 años, el 31 de julio de 1944, el escritor y aviador francés despegó a los mandos de de un Lightning P-38 sin armamento de una base aérea en Córcega para una misión de reconocimiento fotográfico del frente alemán, con vistas al inminente desembarco aliado en las costas galas.
Desde aquél día nadie volvió a ver al conde de Saint-Exupéry. Literalmente desapareció, como el personaje de su más famosa novela, el pequeño príncipe, quien tal y como cuenta su narrador, el aviador, al final de la misma: "Sé que ha vuelto a su planeta, pues al amanecer no encontré su cuerpo, que no era en realidad tan pesado... Fue aquí donde el principito apareció sobre la Tierra, desapareciendo luego".
El cuerpo del escritor nunca se encontró. Su desaparición despertó diversas teorías, convirtiéndose en un enigma sin resolver de la [[LINK:TAG|||tag|||6336135059a61a391e0a0a8d|||II Guerra Mundial]]: ¿suicidio, avería mecánica o combate aéreo?
Ocho décadas después del trágico densenlace, ¡sólo tenía 44 años!, no existe una versión definitiva sobre su muerte. No fue hasta septiembre de 1998 cuando un pescador, de nombre Jean-Claude Antoine Bianco, encontró cerca de la costa de Marsella una pulsera de plata grabada con el nombre de Saint-Exupéry y de su esposa Consuelo, y sus editores, Reynal y Hitchcock.
En mayo del 2000, un buzo llamado Luc Vanrell encontró los restos de un P-38 Lightning esparcidos en el fondo del Mediterráneo, muy cerca de donde se había encontrado el plateado brazalete. Ya en 2004, investigadores del Departamento de Arqueología Subacuática confirmaron que los restos del avión encontrados eran, ciertamente, los del Lightning P-38 F-5B de reconocimiento de Saint-Exupéry.
Durantes sus poco más de cuatro décadas de vida, Antoine de Saint-Exupéry repartió sus dedicaciones vitales entre el pilotaje de aviones y la escritura.
Pudo aprender el oficio de piloto durante el servicio militar en la aviación, en Estrasburgo, pero la familia de su novia se opuso a que se incorporara al ejército del aire, por lo que se resignó a ejercer diversos oficios, al tiempo que frecuentaba los medios literarios.
El año 1926 marcó un punto de inflexión en su vida: publicó su relato 'El aviador' en la prestigiosa revista literaria 'Le Navire d'Argent', y, además, consiguió un contrato como piloto de línea para una sociedad de aviación. A partir de entonces, a cada escala del piloto correspondió una etapa de su producción literaria, alimentada con la experiencia. Mientras se desempeñaba como jefe de estación aérea en el Sahara español, escribió su primera novela, 'Correo del Sur'.
El siguiente destino fue Buenos Aires, al ser nombrado director de la Aeroposta, donde tuvo la misión de organizar la red de América Latina. Allí conoció a su futura esposa, la también escritora guatemalteca Consuelo Suncín. En 1931, la bancarrota de la Aéropostale puso término a su periodo de pionero de la aviación.
Desde 1932, Saint-Exupéry se consagró al periodismo y la escritura. Hizo reportajes sobre la Indochina Francesa (hoy Vietnam) en 1934, sobre Moscú en 1935, y sobre España en 1936, previos al inicio de la Guerra Civil. Sin embargo, no dejó de volar como piloto de pruebas, participando en algunos 'raids' o intentos de récords, que en ocasiones se saldaron con graves accidentes, como el ocurrido en la zona del Sahara vecina a Egipto en 1935.
Sus reflexiones sobre el humanismo, surgidas por su experiencia límite en el desierto, las recogió en 'Tierra de hombres', un relato autobiográfico que marcó la cima de su carrera literaria hasta la llegada de su gran pequeña novela, 'El Principito', que también bebe de esa aventura desértica, en la que junto a su compañero de aventuras, fue rescatado con una severa deshidratación y alucinaciones por un beduino.
Tras participar del comienzo de la II Guerra Mundial contra las tropas nazis como piloto de una escuadra de reconocimiento aéreo, decidió retirarse a Nueva York invitando al ejército norteamericano a tomar parte de la contienda en favor de los aliados. Volvió de nuevo a enrolarse en las filas del ejército francés en 1944 con el trágico final ya comentado.
Pero antes, en abril de 1943, vería la luz su 'Principito, publicado en francés y en ingés por la editorial norteamericana Reynal & Hitchcock. No se publicaría en Francia, en la prestigiosa editorial Galimard, hasta 1945 (ya de manera póstuma), por lo que Saint-Exupéry apenas pudo saborear las mieles del éxito.