El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
Santa Marta es una figura significativa en el cristianismo, reconocida como la hermana de Lázaro y María de Betania. Su vida es destacada en los Evangelios, especialmente por su papel como anfitriona de Jesús en su hogar. Marta se muestra como una persona de acción y servicio, dedicándose a atender a Jesús y sus discípulos durante sus visitas. En el Evangelio de Lucas (10:38-42), se menciona que Marta se ocupa de las tareas domésticas mientras su hermana María escucha las enseñanzas de Jesús, lo que lleva a una conversación sobre la importancia del equilibrio entre el servicio y la contemplación.
En el Evangelio de Juan (11:1-44), durante la resurrección de Lázaro, Marta demuestra una fe profunda en Jesús, proclamando su creencia en la resurrección y en el poder de Jesús como el Mesías. Este evento subraya su fuerte fe y confianza en Jesús, consolidándola como una figura de devoción y creencia firme.
Santa Marta fue venerada como santa desde los primeros tiempos del cristianismo, aunque la formalización de su canonización no siguió el mismo proceso que los santos más recientes debido a su antigüedad. Su memoria ha sido celebrada por la Iglesia durante siglos, y su festividad se conmemora el 29 de julio.
El legado de Santa Marta se refleja en su patronazgo sobre las amas de casa, los cocineros y los hoteleros, simbolizando la hospitalidad y el servicio. Es conocida por su capacidad de equilibrar la acción y la contemplación, enseñando la importancia de servir a los demás mientras se mantiene una vida espiritual activa. Su imagen es comúnmente representada con símbolos de hospitalidad, como una escoba, un cucharón o una jarra de agua, y en algunas tradiciones, junto a un dragón, basado en leyendas medievales.
Según una tradición medieval, después de la ascensión de Jesús, Marta, junto con su hermana María y su hermano Lázaro, fueron exiliados y llegaron a vivir en la región de Provenza, en Francia. En esta narrativa, Marta continúa su vida de servicio y devoción, realizando milagros y difundiendo la fe cristiana. Una de las leyendas más conocidas es la de Marta domando a la Tarasca, un dragón que aterrorizaba la región de Tarascón.
Santa Marta murió en Provenza, donde su vida de servicio y su fe inquebrantable dejaron una huella duradera en la comunidad. Su tumba se convirtió en un lugar de peregrinación, y la ciudad de Tarascón celebra su memoria con festividades en su honor.