La decisión de la Ejecutiva nacional de Vox de romper los
pactos de gobierno en cinco comunidades autónomas no fue bien visto por los
dirigentes de la formación en Castilla y León. Como señalaron los exconsejeros
Mariano Veganzones y Gerardo Dueñas, «no tenía sentido» y «no era el momento»,
porque «el Gobierno de Castilla y León estaba funcionando». Y parece que tenían
razón, según se puede observar en la última encuesta de NC Report para LA
RAZÓN, ya que si se adelantaran las elecciones autonómicas en esta comunidad,
el Partido Popular (PP) podría recuperar la mayoría absoluta del último
Gobierno de Juan Vicente Herrera al obtener entre 41 y 43 escaños –las Cortes
de Castilla y León está formada por 81 procuradores y la mayoría absoluta se
sitúa en 41–.
Este vuelco electoral supondría que el actual presidente del Gobierno de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, podría gobernar en solitario, como lo está haciendo en estos momentos, pero con una diferencia muy grande, con el respaldo mayoritario del Parlamento regional. Si que es verdad que el jefe del Ejecutivo autonómico ha dicho, por activa y por pasiva, que «no piensa en un adelanto electoral». Pero a lo mejor el resultado de este sondeo le hace pensar la situación, ya que la victoria popular es incontestable.
En estos momentos, el PP tiene 31 escaños, frente a los 28
del PSOE, los 13 de Vox, los tres de Unión del Pueblo Leonés (UPL) y Soria ¡YA!
y el representante de Podemos, Ciudadanos y Por Ávila. Pero estos resultados de
las elecciones de febrero de 2022 quedarían muy lejos de la intención de voto
actual. Según indica la encuesta de NC Report para LA RAZÓN, el PP lograría
41-43 escaños, con lo que aumentaría su representación hasta en 12
procuradores; el PSOE, 25-27, bajando entre uno y tres; Vox, 7,9, con entre
cuatro y seis representantes menos; UPL, 3-4, con lo que sumaría uno; Soria
¡YA!, dos, con lo que bajaría uno; Por Ávila podría repetir con uno; Sumar, que
en estos momentos no tiene representación, alcanzaría uno, mientras que
desaparecerían del Parlamento regional Podemos y Ciudadanos.
Los populares cimentarían su mayoría absoluta con la
altísima fidelidad de voto que mantienen (un 92,9 por ciento de sus electores
escogería nuevamente la misma papeleta) y a costa del resto de formaciones. En
este sentido, el PP ganaría 12 escaños y casi 135.000 votos nuevos, de los
cuales la mayoría procederían del descontento de los votantes de Vox y de la
desaparición de Ciudadanos.
El cambio de tendencia con respecto a hace dos años se puede
observar, ya que los populares aumentarían en intención de voto un 10,7 por
ciento, mientras que el resto de partidos perdería apoyos, excepto UPL, que
crecería un 0,3 por ciento, y Sumar, un 3,3
En cuanto a los partidos que pierden votos destaca el
descenso del 5,1 por ciento de Podemos, el 4,9 de Vox o el 4 por ciento de
Ciudadanos. Muchos menos se deja el PSOE: el 0,7 por ciento.
Esta situación provocaría que, por fin, tras dos elecciones,
el líder popular pudiera gobernar con mayoría absoluta y dejar a un lado los
gobiernos de coalición, para los que en una ocasión tuvo que buscar el apoyo de
Ciudadanos y en otra, de Vox.
Por su parte, el PSOE tendría que volver a conformarse con
ser el grupo mayoritario de la oposición. Algo a lo que está acostumbrado, ya
que en Castilla y León los populares gobiernan desde hace 37 años. La situación
pudo dar un vuelco el 26 de mayo de 2019, cuando los socialistas ganaron las
elecciones en la comunidad autónoma, obteniendo 35 procuradores, hecho que no
sucedía desde las primeras elecciones autonómicas en 1983. Sin embargo, su
candidato a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Luis Tudanca, no
pudo acceder al Gobierno de la Junta, al acordarse una alianza entre el Partido
Popular y Ciudadanos, siendo investido nuevo presidente Alfonso Fernández
Mañueco.
Esta situación sería totalmente inviable si se celebraran
nuevos comicios en estos momentos, puesto que los populares parece que están
afianzando las victorias conseguidas por su partido en las últimas elecciones
celebradas, europeas y municipales, en las que la formación presidida por
Fernández Mañueco se ha alzado con el triunfo.
Por su parte, Vox Castilla y León, que ha vuelto a la
oposición, con su líder Juan García-Gallardo como portavoz en el grupo
parlamentario, no reconoce públicamente la equivocación de romper el pacto de
gobierno, pero la pérdida de respaldo de los castellanos es más que evidente,
como han puesto de manifiesto muchos sectores, que se han alegrado con su
salida de la Junta.