Una mujer ha denunciado por un presunto delito de homicidio imprudente a tres médicos, un hospital de Vizcaya y una empresa aseguradora por no haber ingresado en la UCI a su esposo cuando en marzo de 2020 sufría covid, y que falleció "tras ser abandonado a su suerte" en una habitación del centro.
La querellante aún se pregunta por qué no emplearon con su marido, que tenía 66 años "y estaba fuerte porque era un hombre muy activo y deportista", todos los medios médicos y asistenciales disponibles en esa clínica para haber intentado salvarle la vida, entre ellos, una UCI de estabilización que estaba disponible el último día de vida del paciente.
Según ha explicado a EFE su abogado, Carlos Rodríguez Bouzas, su cliente, que lleva cuatro años en tratamiento psicológico, recuerda el sufrimiento de la familia y la impotencia de aquellos días en que no podía acompañar a su esposo, quién "murió solo" y "con un sufrimiento innecesario" hasta fallecer por asfixia.
La denuncia detalla que el 27 de marzo de 2020, en pleno confinamiento debido a la pandemia mundial de covid, el hombre víctima de este caso acudió al centro de salud del municipio vizcaíno de Mungia con dificultad para respirar y otros síntomas de padecer esa enfermedad y le aconsejaron acudir al hospital para su tratamiento e ingreso.
El enfermo se trasladó a las urgencias de un centro privado donde se confirmó que sufría Covid y quedó ingresado, si bien su estado "fue progresivamente a peor en los días siguientes" y tres días después se aconsejó "ventilar en prono al paciente" para mejorar su respiración.
Su estado se siguió agravando y, "visto que se estaba en una situación crítica y posible fallecimiento", un facultativo de la planta pidió su ingreso en la UCI, pero esto no se hizo sin que se justificara el motivo y así se le privó "al paciente de una oportunidad médica de tratamiento", se sostiene en la querella.
Le administraron "medicación para la ansiedad" de manera errónea, según la familia, "ya que dicha ansiedad es más por la sensación de ahogo que presentaba" y que le suponía "un cuadro de encefalopatía hipoxica/hipercapnica", por el que debía haber sido intubado para que tuviera ventilación mecánica y ello requería de su traslado a la UCI.
Ni el profesional de planta decidió su traslado a otro Hospital, ni los responsables de la UCI decidieron su ingreso en la cama de estabilización disponible en aquel momento.
"El cuadro diagnóstico del paciente era claro, era una insuficiencia respiratoria que precisaba de un manejo ventilatorio adecuado, que no se hizo", denuncia la familia.
El paciente llamó por teléfono llorando a su mujer pidiendo que le sacaran del hospital, pero no se lo permitieron y comentó entonces que se pasaba más de 5 horas sin que nadie entrara en su habitación, a pesar de su estado.
El enfermo murió el 3 de abril de 2020 y su esposa reprocha que "aún no le hayan explicado lo que ocurrió". "Falleció en el más absoluto abandono y sin haber recibido una asistencia médica mínimamente aceptable", se asegura en la denuncia.
Los datos oficiales del Gobierno Vasco en las fechas en que ocurrieron los hechos indican que, en el tramo de edad en que tenía el fallecido, el índice de letalidad, proporcionando los medios efectivos, no llegaba ni al 5 %, "es decir, más del 95% de las personas sobrevivían en circunstancias similares".
Por todo ello, la familia considera lo ocurrido como un delito de homicidio imprudente por negligencia profesional del que son responsables los tres médicos, el hospital privado y la aseguradora del centro.
El caso se encuentra en fase de diligencias previas en el Juzgado de Instrucción número 6 de Bilbao y la investigación se centra ahora en el análisis que va a realizar un médico del historial del paciente.
La familia puso lo ocurrido en conocimiento del Colegio de Médicos de Bizkaia, que realizó una investigación y sancionó al médico responsable de la UCI que no posibilitó el ingreso del paciente cuando ya estaba en situación crítica.
En el informe se recoge que ese hospital privado tenía 4 camas de UCI y una más para situación de estabilización de pacientes, en la que podría haberse ingresado al hombre de Mungia, hasta su traslado a otro centro.
Según la esposa denunciante, "la mala relación personal" entre el médico de planta y los profesionales de la UCI pudo ser motivo de la falta de comunicación y causa de la falta de asistencia médica a su marido.
La persona responsable de la UCI mantuvo una discusión con el médico que atendía en la planta al paciente e "impuso su criterio" para no trasladarle a esa unidad que ofrece atención más intensiva y el Colegio de Médicos la expedientó con un total de 45 días de suspensión del ejercicio profesional, informa Efe.