Zinedine Zidane fue el gran protagonista del paso de la antorcha en la ceremonia de inauguración de los Juegos de París. Apareció en un vídeo al comienzo del acto en el que hacía entrega de la antorcha a unos niños para que llegara a tiempo del encendido del pebetero. Y Zizou volvió a aparecer en el tramo final, cuando la antorcha llegaba a la Torre Eiffel.
Pero aún quedaba una sorpresa más. Porque Zidane no era, ni mucho menos, el último relevista. De repente, al pie de la Torre, apareció Rafa Nadal, vestido con el uniforme de la delegación española, para recibir la antorcha de las manos de Zinedine. Se fundieron en un abrazo en el acto de la entrega. Una sorpresa absoluta porque Nadal se había ausentado de la ceremonia y había presenciado el paso de la delegación española por el Sena desde una terraza junto a su mujer y a su hijo. El calendario del torneo de tenis y sus molestias físicas parecían recomendarle el descanso.
Pero Rafa apareció para llevar la antorcha desde la Torre Eiffel al último tramo por agua. En la barca, junto a él, Carl Lewis, Serena Williams y Nadia Comaneci, que también hicieron de relevistas antes de que Rafa entregara la antorcha a Amelie Mauresmo, una gran extenista y ahora directora de Roland Garros.
Tampoco ella fue la última relevista, le entregó la antorcha a Tony Parker y juntos recorrieron el camino en el que fueron entregando el fuego olímpico a varios campeones franceses, olímpicos y paralímpicos, hasta que dieron el relevo definitivo a Teddy Rinner y a Marie Jose Perec, que encendieron de forma conjunta el pebetero.