Es realmente frustrante ver cómo una prenda nueva ha quedado destrozada después de lavarla, pero con este truco salvarán toda tu ropa
Probablemente les haya ocurrido en más de una ocasión: encuentran una prenda preciosa y que les sienta de maravilla, la usan un día solamente y la echan a lavar; cuando esta ropa sale de la lavadora, se encuentran con que está los estampados que tenía se han pelado y la prenda ha quedado completamente destrozada. ¿Les resulta familiar, verdad?
Por muy frustrante que resulte, la culpa no es de la lavadora, sino nuestra porque no hemos sabido cómo tratar bien esa ropa que tanto nos gustó. Por eso es tan importante leer la etiqueta que traen todas las prendas de forma obligatoria por ley. Sí, es muy molesta y lo mejor es quitarla cuanto antes para que no nos cause picores cuando nos la ponemos, pero hay que leerla antes de tirarla.
En las etiquetas viene especificaciones sobre si la prenda es apta para lavadora o si tiene que lavarse a mano, a qué temperatura, si puede el tinte con el que la fabricaron podría desteñir, etc. Además, también suele contener información acerca de si se puede planchar esa pieza o no, ya que no todos los tejidos ni serigrafiados aguantan las altas temperaturas.
No hace falta sacarse un máster para llevar puesta cualquier prenda, pero siempre es recomendable prestar atención a estos detalles antes de acabar con nuestra camiseta favorita convertida en un trapo imponible y lista para ser diseccionada en varios trapos de cocina. Si quieres evitar el 'asesinato con alevosía' de la ropa a la que le tengas más cariño, te convendrá conocer algunos trucos antes de arrojarla a la lavadora sin mirar.
Como ya hemos indicado, siempre hay que seguir las recomendaciones del fabricante. Pero, además, sería conveniente guiarse por estar directrices generales que se pueden aplicar a cualquier tipo de prenda:
No es ninguna tontería, de hecho, muchos fabricantes así lo recomiendan. Ante la duda, lo mejor es meter todas las prendas del revés. De esta forma, se evita que las partes más frágiles de la ropa se rocen unas con otras, lo que puede provocar que se echen a perder las serigrafías o estampados.
Por no hablar de las lentejuelas, la purpurina y otros adornos que pueden encontrarse normalmente en las telas. Si dejamos una prenda con este tipo de decorado del derecho, lo más probable es que lleguen a agujerar otra ropa que haya en la lavadora, o que se arranquen de cuajo.
Meter la ropa del revés en la lavadora no solo ayuda a proteger el color y los estampados, sino también la calidad de la propia tela. Con el desgaste acumulado por el tiempo, algunas fibras podrían romperse. Por esto es tan importante lavar siempre toda la ropa por la cara no visible.