Una de las claves para de las claves para una buena salud, además de una buena alimentación, la realización de ejercicio de manera recurrente y tener, en líneas generales, buenos hábitos, es tener una higiene correcta. Muchos son sus beneficios, como la eliminación de bacterias perjudiciales para el organismo o prevenir el deterioro de este, como en el caso de los dientes.
Es en este punto cuando entra la limpieza capilar, ya que nos ayuda a mantener un buen aspecto del pelo y a prevenir problemas que pueden afectar a este como la caspa, la sequedad, los piojos o la producción excesiva de grasa.
Debido a esto, existe el debate sobre la frecuencia con la que debemos lavarnos el cabello, y es que dependiendo de a quén se pregunta, la respuesta tiende a variar: por un lado, tenemos a las empresas del sector de la cosmética, que comentan que el pelo se lave diariamente, mientras que existe otro movimiento contra los productos de estas empresas que dicen que estos artículos fomentan el empeoramiento del cuero cabelludo. Y es que la solución a este planteamiento, según los expertos, no es otra que cada pelo tiene que tratarse de una manera diferenciada, dependiendo de su tipo.
Normalmente, el cabello normal necesita entre dos y tres lavados por semana, ya que esto permite el funcionamiento adecuado de los aceites naturales de los folículos pilosos, aunque dependiendo del tipo de pelo, la frecuencia de lavado puede variar.
Según estos profesionales, para aquellos que posean el pelo graso necesitarán lavarse cada dos o tres días, y utilizando champús no muy agresivos para evitar la producción excesiva de sebo como respuesta a estos productos.
En el caso del seco, y al contrario que el graso, se necesita lavar en una cantidad menor, ya que el objetivo es retener la humedad natural del pelo, concretamente entre una y dos veces por semana con productos que lo hidraten profundamente.
En cuanto al rizado, este tiende a ser más seco debido a su estructura, por lo que recomiendan que este se asee una o dos veces por semana, manteniéndolo hidratado.
En este caso, se recomienda a aquellos que tengan el cabello fino que lo laven cada dos días, ya que tienen más glándulas sebáceas y hay que tratarlas de manera cuidadosa para no perjudicarlas ni dificultar su función. En todo caso, e independientemente del tipo de pelo, utilice productos de su confianza, de tal manera que su cuero cabelludo y/o organismo se vean dañados o damnificados por su uso, por ejemplo con casos de alergias o picor recurrente.