Récord tras récord. El precio del alquiler ha vuelto a alcanzar un nuevo máximo histórico en el mes de junio y se ha situado en los 12,65 euros el metro cuadrado. Por tanto, una vivienda en alquiler en España de 80 metros cuadrados cuesta 1.012 euros al mes, según los últimos datos del portal inmobiliario Fotocasa.
El precio del alquiler sobrepasa por primera vez en la historia los mil euros mensuales y, por tanto, el esfuerzo económico que tienen que hacer los inquilinos para pagar el alquiler es cada vez mayor. En este sentido, teniendo en cuenta que el salario medio en nuestro país ronda los 2.099 euros, los españoles tienen que destinar el 48% de su sueldo al pago del alquiler, muy por encima de las recomendaciones de los organismos de control oficiales. Ante este escenario, inevitablemente, algunos de ellos, se ven ante la necesidad de dejar de pagar el alquiler para hacer frente a otros gastos, convirtiéndose en "inquiokupas". Pero, ¿qué pueden hacer los propietarios en esta situación? ¿Cómo pueden echar al inquilino?
Cuando una persona se encuentre ante este escenario, se deberá resolver el problema de manera "legal y eficiente", tal y como explica la red inmobiliaria donpiso. Algo que es fundamental para ello será contar con un contrato de alquiler que establezca las obligaciones del inquilino en lo que respecta al pago del alquiler. Asimismo, también recomiendan que se lleve un registro detallado de los pagos y comunicaciones relacionados con el alquiler.
En el caso de que el inquilino acumule varios meses de impago, se podrá enviar una carta de requerimiento de pago formal, en la que se especifique un plazo límite para que cumpla con su obligación.
Si sigue sin pagar, se podrá iniciar un proceso legal para finalizar el contrato y el desalojo: "es importante contar con asesoramiento legal especializado para asegurarse de seguir todos los pasos adecuados y proteger nuestros derechos como propietarios", aseveran.
"Es importante seguir todos los procedimientos legales adecuados y evitar caer en prácticas ilegales o violentas para desalojar al inquilino moroso", asegura la red inmobiliaria.
Por tanto, explican que el propietario no podrá tomarse la justicia por su mano y cortar los servicios básicos o ingresar a la propiedad sin permiso, ni tampoco acosar al arrendatario con llamadas constantes o amenazas verbales. Y es que recurrir a estos actos podrá incluso conllevar consecuencias legales para el arrendador.
