La medalla olímpica es una de las recompensas más valoradas para un deportista. Sin embargo, no fue hasta los Juegos Olímpicos de 1904 en San Luis cuando se empezaron a otorgar medallas.
Antes de eso, los premios en competiciones como los Juegos Panhelénicos en Olimpia consistían en coronas de olivo, reflejando la tradición de la Antigua Grecia.
Las medallas de los Juegos Olímpicos de París 2024 están compuestas de diferentes materiales según su clasificación. Las medallas de bronce están hechas de una aleación que contiene un 97.5% de cobre, 0.5% de estaño y 2.5% de zinc. Las medallas de plata y oro están fabricadas con un 92.5% de plata. Las medallas de oro, además, tienen un baño de oro de al menos 6 gramos.
En los Juegos de Tokio 2020, las medallas fueron fabricadas a partir de materiales reciclados, extrayendo metales preciosos de teléfonos móviles donados. Para los Juegos de París 2024, cada medalla contará con un pedazo original de la Torre Eiffel, reforzando la identidad parisina.
Esta pieza central en forma de hexágono es un homenaje a la emblemática construcción. En cada medalla se incluirán 18 gramos de la torre, que fue construida entre 1887 y 1889. Las medallas de oro pesan 529 gramos, las de plata 525 gramos y las de bronce 455 gramos.
Aunque el valor emocional y simbólico de una medalla olímpica es incalculable para los atletas, las medallas tienen un precio estimado en el mercado. Las medallas de oro se valoran en 675 euros, las de plata en 380 euros y las de bronce en solo 3 euros.
Este valor económico no refleja el esfuerzo y dedicación necesarios para ganarlas, pero proporciona una idea del coste material de estos preciados premios.
Las medallas olímpicas no solo representan el máximo logro deportivo, sino que también tienen historias y composiciones que las hacen únicas en cada edición de los Juegos.