BlackRock asegura que su posición en el país es neutral debido a factores macroeconómicos que no acaban de adecuarse y a la inestabilidad política
Donde unos ven[[LINK:INTERNO|||Article|||6645f7e4dcf3b0e4683f3877||| una economía que marcha «como un cohete» -véase, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y su ministro de Economía, Carlos Cuerpo-]] otros ven señales de alerta que les invitan a ser cautos. Y los que así ven el panorama no son unos cualquiera, sino los responsables de la mayor gestora de fondos de inversión del mundo, la estadounidense BlackRock, que engrasa con su capital a un buen puñado de las compañías más importantes del país.
El fondo acaba de presentar sus perspectivas de cara al futuro y, en lo que respecta a España, se muestra cautelosa. La firma, a pesar de reconocer su enorme compromiso con el mercado español, en el que gestiona 47.000 millones de euros, así como un volumen invertido de 60.000 millones de euros, tanto en compañías cotizadas como en privadas; considera que hay aspectos de su economía que no están todo lo bien que deberían, por lo que, a día de hoy, defiende una posición neutral en el mercado español.
El responsable de ventas de BlackRock para el mercado ibérico, Javier García Díaz, aseguró al dar a conocer las perspectivas de la firma esta semana que si bien el mercado español está creciendo de la mano de sectores y compañías que generan beneficios y con valoraciones atractivas, prefieren mantenerse neutrales por varios motivos.
En primer lugar, García Díaz enumeró la «incertidumbre política» de España. Pedro Sánchez se mantiene al frente de un Gobierno de coalición son Sumar y una delicada red de alianzas con nacionalistas y otros partidos como Podemos que está sometido a todo tipo de vaivenes. Ahora mismo, el PSOE negocia con uno de los socios en el Congreso, ERC, la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat con la sombra al fondo de Carles Puigdemont, dispuesto incluso a hacer saltar por los aires el Ejecutivo de Sánchez si los socialistas, como hizo él con el presidente del Gobierno, no le facilitan su acceso al Palau de la Generalitat.
Junto a la inestabilidad política, BlackRock también considera que hay factores macroeconómicos que no terminan de adecuarse. Entre los citados por García Díaz están la deuda pública y el desempleo. En lo que respecta a lo que deben las administraciones, la bola no ha dejado de crecer de forma abultada desde que el Partido Socialista llegó a La Moncloa. En un primer momento, lo hizo por la necesidad de inyectar fondos para evitar el colapso de la economía española durante la pandemia del coronavirus. Luego, la invasión rusa de Ucrania obligó a un segundo esfuerzo. Y aunque tanto Bruselas como instituciones como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) han instado al Gobierno a ir corrigiendo de forma paulatina este desequilibrio, de momento la deuda sigue muy por encima del 100% del PIB. Según el último dato del Banco de España, publicado ayer, en mayo siguió por encima de la barrera de los 1,60 billones de euros. En el primer trimestre se situaba en el 109% del PIB.
[[QUOTE:PULL|||BlackRock asegura que elementos como el paro o la deuda no terminan de adecuarse]]
Otro de los datos que preocupan a BlackRock es el desempleo. Y, en especial, su elevado impacto en la juventud. En este momento, la tasa de paro es del 11,7%, la mayor de todos los países de la Unión Europea y acaparando uno de cada cinco desempleados del espacio común. En el caso del paro juvenil, supera el 27%. En ambos casos, España también lideraba la tabla entre los países de la OCDE en el primer trimestre del año.
BlackRock tiene una participación capital en el tejido empresarial español. La gestora, que cerró el segundo trimestre del año con activos gestionados por importe récord de 9,76 billones de euros en todo el mundo; está presente en el capital de compañías del sector energético como Repsol, Naturgy o Iberdrola; de los mayores bancos (Sabadell, BBVA y Santander) y de otras como Inditex.
En el primer semestre del año, la entidad obtuvo un beneficio neto atribuido de 2.813 millones de euros, un 21,6% más que en la primera mitad del año anterior.
