El 13 de julio de 1965, Manuel Benítez "El Cordobés" sufrió una de las mayores broncas de su carrera en la plaza de toros de Pamplona. Este sábado se conmemoran 59 años de aquel incidente que dejó una huella imborrable en la historia de los Sanfermines. Fue la séptima corrida de la feria y, aunque el ambiente estaba cargado de expectación, la actuación de "El Cordobés" se convirtió en un fiasco monumental. El cartel del día lo completaban Fermín Murillo y Curro Romero, lidiando seis toros de la ganadería de Atanasio Fernández.
La corrida inició con un ambiente de gran expectación, con el público dividido entre aplausos y pitos. Sin embargo, desde el principio, la suerte no estuvo del lado de Benítez. En su primer toro, aunque el animal mostró bravura y casta, la faena del torero resultó fría y sin lucimiento. La prensa local comentó que "'El Cordobés' estuvo sin moral, abandonado a la desgana". A pesar de algunos aplausos, la mayoría del público quedó desconcertada por la falta de entrega del diestro.
El verdadero desencanto llegó con el sexto toro de la tarde. A diferencia de la faena anterior, "El Cordobés" se mostró completamente desganado y fuera de forma. El toro, que iba bien a los cites, no recibió la atención merecida del diestro, quien ni siquiera intentó torearlo con el capote ni con la muleta de manera adecuada. Según ABC, "'El Cordobés' no le llamó. No lo quiso ver. ¿Por qué? Por el público no fue. El público le había tratado con pasión, pero correctamente. Nadie le mentó los mechones".
La situación se agravó cuando Manuel Benítez falló repetidamente al intentar matar al toro. Después de dos medias estocadas mal ejecutadas, necesitó hasta doce descabellos para finalmente acertar. El público, ya enfurecido, comenzó a lanzar almohadillas y otros objetos al ruedo mientras coreaban "¡Córtate el pelo, córtate el pelo!". En El Ruedo se relató: "Nada menos que doce veces intentó clavar el pincho antes de acertar. A todo esto los panes de la solanera y unas docenas de almohadillas habían caído al ruedo. La bronca fue épica, tremenda, de las que dejan raya".
El incidente no terminó en el ruedo. A la salida, la situación se tornó violenta, con espectadores lanzando insultos y hasta puñetazos al torero y su cuadrilla. "Los espectadores le dicen sinvergüenza, robajornales, y otras lindezas más groseras. Él contesta en los mismos términos. Ellos siguen insultando. Él suelta alguna patada. Ellos lanzan varios puñetazos", reportó la prensa navarra. La intervención de la policía fue necesaria para escoltar a Benítez fuera de la plaza y llevarlo a su hotel.
La tensión continuó, y el torero tuvo que abandonar Pamplona subrepticiamente para evitar más confrontaciones con una turba de descontentos que lo esperaban fuera del hotel. El Diario de Navarra comparó su marcha con "una secuencia de cine", describiendo cómo el coche esperándolo en la puerta de la plaza lo llevó directamente al hotel para después 'escapar' de Pamplona. Este episodio en la carrera de Manuel Benítez "El Cordobés" es recordado no solo por la magnitud de la bronca, sino también por cómo un torero que solía conquistar a las masas con su estilo heterodoxo y carismático, fue incapaz de conectar con el público pamplonés en una tarde de bochorno.