Vender una vivienda implica varias obligaciones fiscales que deben ser manejadas con cuidado y precisión
Comprar y vender una vivienda conlleva una serie de obligaciones fiscales que deben ser manejadas con sumo cuidado. Es fundamental comprender a fondo las leyes fiscales y planificar adecuadamente para evitar sorpresas desagradables. Con el objetivo de guiar a los vendedores, la Agencia Tributaria (AEAT) ha publicado un comunicado detallando los impuestos que se deben pagar al vender una propiedad.
Los vendedores deben prestar atención a tres impuestos importantes y asegurarse de cumplir con ellos de manera oportuna para evitar sanciones: el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), la Plusvalía Municipal y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF. Y si quieres evitar problemas con el fisco, lo mejor es que entiendas bien estas obligaciones fiscales:
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) es un tributo municipal que se aplica a la propiedad de viviendas, locales comerciales y terrenos. Según la legislación vigente, este impuesto se divide equitativamente entre el comprador y el vendedor, en función del tiempo que cada uno haya sido propietario de la vivienda durante el año fiscal correspondiente. Esta división asegura que ambos paguen de manera justa y proporcional.
La plusvalía municipal es un impuesto que debe abonarse en un plazo máximo de 30 días hábiles desde la venta de la vivienda. Este impuesto se calcula en función del incremento del valor del terreno sobre el que se encuentra la propiedad y el tiempo durante el cual se ha sido propietario. Cuanto más tiempo se haya tenido la propiedad, mayor será el monto del impuesto a pagar. Es crucial planificar con antelación para disponer de los fondos necesarios y pagar este impuesto a tiempo, evitando así posibles sanciones.
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas se refiere a las ganancias obtenidas por la venta de la propiedad, las cuales deben ser incluidas en la Declaración de la Renta. Las tasas de IRPF varían según el tiempo que se haya poseído la propiedad. Al calcular el IRPF, es importante considerar todas las deducciones y exenciones que puedan aplicarse, lo que puede reducir significativamente el monto a pagar.
Existen excepciones en el pago del IRPF. Por ejemplo, las personas mayores de 65 años y aquellas en situación de dependencia pueden estar exentas de este impuesto. También están exentas las personas que reinvierten el dinero de la venta en la compra de otra vivienda dentro de un plazo de dos años. Otra opción es la "dación en pago", donde el deudor entrega la propiedad al acreedor para saldar la deuda pendiente, siempre que se pueda demostrar insolvencia.
En el caso de vender la vivienda habitual y reinvertir el dinero en otra, es esencial comunicar esta intención a la Agencia Tributaria y asegurarse de cumplir con todos los requisitos legales. Si solo se reinvierte una parte del dinero de la venta, solo esa parte proporcional estará exenta de impuestos.
