La cifra de cristianos asesinados en el Congo por el Estado Islámico entre el 1 de enero y el 30 de junio, supera las 600 y ha sido publicada hoy mismo en esta web. Obviamente, el 1 de julio no terminó el genocidio, continúa con su constante siniestro goteo diario dentro del objetivo estratégico de los yihadistas de islamizar este país y después los demás del continente...y después, porque habrá un después y no nos va a llenar de esperanza y optimismo.
Tal y como reveló LA RAZÓN, los cabecillas de los terroristas se muestran encantados con la falta de respuesta por parte de Occidente que atribuyen, entre otras razones, a cuestiones racistas. Claro, los cristianos masacrados no tienen la piel blanca. Esta misma tarde, a través de su canal en español, Fursan al Tarjuma La Voz de Al Andalus, ha soltado, otra de esas gotas, sabedores que a quienes lleguen, salvo a unos pocos, les importará muy poco. Habrá que dar por genial la frase de aquel político argentino de que "estamos mal, pero vamos bien". ¿Para que ocuparnos de otras cosas con los grandes problemas que aquejan a nuestra atribulada Nación?
Esto es lo que dicen los terroristas si han llegado a este punto de la lectura:
"Con el éxito de Allah, ayer los soldados del Califato atacaron la aldea cristiana de Masingi en la región de Lubero y se enfrentaron allí con las milicias leales al ejército congoleño. Los soldados del Califato utilizaron fuego de ametralladora, matando a un congoleño, hiriendo a otros que huyeron y quemando su posición. Luego, los muyahidines atacaron a los cristianos de la aldea, mataron a un cristiano, capturaron a otro y quemaron algunas de sus propiedades. Y toda la alabanza es para Allah".
No hacen falta otros comentarios.