El santoral católico es una lista que recoge los nombres de los santos y beatos reconocidos oficialmente por la Iglesia Católica y los asigna a una fecha específica en el calendario. En total, el santoral incluye alrededor de 7.000 personajes insignes. Los santos son hombres y mujeres que han dejado una huella en la historia del cristianismo, destacándose por su sacrificio y su vínculo especial con lo espiritual. Los beatos, por otro lado, están en camino hacia la canonización, es decir, en proceso de ser reconocidos como santos.
En las verdes colinas de las Marcas italianas, nació una niña que con su corta vida y su admirable ejemplo de fe y pureza, conquistó los corazones de miles de personas. Santa María Goretti, conocida como la "Niña Mártir de la Pureza", nos inspira con su historia de amor, perdón y entrega total a Dios.
María Goretti nació en Corinaldo, Italia, el 16 de octubre de 1890, en el seno de una familia campesina humilde. A los nueve años, tras la muerte de su padre, la familia se vio obligada a trasladarse a Ponferrada, en busca de mejores oportunidades.
Allí, María y sus hermanos se dedicaron a trabajar arduamente en el campo para ayudar a la familia. A pesar de las dificultades, María nunca perdió su alegría ni su fe. Desde pequeña, se destacó por su piedad, su bondad y su devoción a la Virgen María.
En Ponferrada, la familia Goretti se alojó en la casa de Alessandro Serenelli, un hombre de moral cuestionable. María, con su inocencia y pureza, se convirtió en un faro de luz en ese hogar marcado por la tensión y la violencia.
Serenelli, obsesionado con María, intentó en varias ocasiones abusar de ella. Sin embargo, María, con una fe inquebrantable y una determinación admirable, siempre se rehusó a sus avances y defendió su pureza con valentía.
El 5 de julio de 1902, tras un último intento fallido por parte de Serenelli, María fue apuñalada mortalmente al defender su virginidad. A pesar del dolor y la agonía, María perdonó a su agresor, pronunciando las palabras: "¡Le perdono! ¡Para que él también vaya al Paraíso!".
María Goretti falleció al día siguiente, a la edad de once años. Su heroica muerte conmocionó a Italia y al mundo entero. Su vida ejemplar, su pureza inquebrantable y su capacidad de perdonar a su asesino la convirtieron en un símbolo de fe, esperanza y amor cristiano.
En 1950, María Goretti fue canonizada por el Papa Pío XII, convirtiéndose en la santa más joven de la Iglesia Católica. Su santuario en Nettuno, Italia, recibe cada año a miles de peregrinos que buscan su intercesión y encuentran inspiración en su historia.
Santa María Goretti nos enseña que la pureza de corazón es una fuerza poderosa que puede vencer incluso las tentaciones más fuertes. Su mensaje de perdón y amor nos invita a seguir su ejemplo y a construir un mundo más compasivo y lleno de esperanza.
La Beata Nazaria Ignacia, nacida el 10 de enero de 1889 en Madrid, España, es una figura destacada por su profunda fe y dedicación al servicio de los más necesitados. Su vida, marcada por sacrificios y actos de amor, la ha convertido en un ejemplo a seguir para muchas personas en todo el mundo.
Nazaria Ignacia March Mesa fue la cuarta hija de una familia de once hermanos. Desde muy joven, mostró una profunda conexión con la espiritualidad. A los nueve años, durante su Primera Comunión, sintió la primera llamada del Señor: “Tú, Nazaria, sígueme”. Ella respondió con determinación: “Te seguiré, Jesús, lo más cerca que pueda una humana criatura”.
La vida no fue fácil para Nazaria Ignacia y su familia. Las dificultades económicas los llevaron a emigrar a México. En el viaje, coincidió con un grupo de Hermanitas de los Ancianos Desamparados, lo que influyó en su decisión de unirse a ellas en 1908. Tras regresar a España para su noviciado, fue destinada a Oruro, Bolivia, en 1912, donde dedicó más de 12 años a las obras de caridad.
En 1920, durante los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, Nazaria Ignacia sintió una llamada más profunda para trabajar por la extensión del Reino de Cristo. En 1925, fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia en Oruro, con un capital inicial de solo 40 centavos. La Congregación se dedicó a la misión y al trabajo social, especialmente en las minas y en los campos.
La Congregación creció rápidamente, extendiendo su presencia a Bolivia, Argentina, España y Uruguay. En Bolivia, respondieron a las necesidades concretas, atendiendo a huérfanos de guerra y gestionando hospitales. La labor incansable de Nazaria Ignacia y sus hermanas tuvo un impacto profundo en la sociedad boliviana.
Nazaria Ignacia falleció el 6 de julio de 1943 en Buenos Aires, Argentina. Sus restos fueron trasladados a Oruro en 1972, cumpliendo su deseo de descansar en la casa Matriz de la Congregación. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 27 de septiembre de 1992, y su fiesta se celebra cada año el 6 de julio.
La Beata Nazaria Ignacia es recordada como una “verdadera profeta de la nueva evangelización”, según palabras del Nuncio Giovanni Tonucci. Su vida ejemplar continúa inspirando a jóvenes, familias y evangelizadores en su compromiso con la fe y el servicio a los demás.