Según datos de la CEOE, seis de cada diez españoles no descarta emprender en un futuro, aunque el 14% lo rechaza definitivamente
En plena guerra con el Gobierno por las negociaciones para la reducción de la jornada, la CEOE ha publicado el informe “Situación del emprendimiento en España” para insistir en las dificultades a las que se enfrentan los nuevos empresarios en nuestro país. Según el estudio, elaborado en colaboración con GAD3, los impuestos, el acceso a la financiación y los trámites burocráticos son los principales obstáculos que lastran el emprendimiento.
En España, sólo una de cada cuatro personas ha elegido el camino del emprendimiento, aunque el 60% de los ciudadanos no descarta hacerlo en un futuro. Solo un 14% de la población rechaza abiertamente emprender, ni ahora ni más adelante.
Atendiendo a la edad, uno de cada cinco jóvenes decide emprender en España, un 5% descarta hacerlo en algún momento de su vida, pero el resto se mantiene abierto a esta posibilidad.
Según el estudio, esta elevada tasa de indecisos y renegados de la actividad emprendedora se debe, en gran parte, a la ausencia de una cultura empresarial arraigada, la escasez de conocimientos de gestión y capacidad financiera y la falta de apoyo institucional. Casi la mitad de los encuestados, concretamente el 48%, coincide en que el apoyo al emprendimiento en España no es suficiente y señalan que son los impuestos (87%), la financiación (77%) y los trámites burocráticos (77%) los que frenan el emprendimiento. Sin embargo, a pesar de los impedimentos, el 74% de los emprendedores volverían a hacerlo si pudieran iniciar de nuevo su carrera.
A pesar de las dificultades, también existen motivos que incentivan el emprendimiento en España. El 17% de los encuestados piensa que proporciona autonomía, el 15% lo hace por vocación y el 13% por la oportunidad de ser su propio jefe. Asimismo, dos de cada diez jóvenes emprendedores valoran la posibilidad de mejorar sus condiciones laborales.
Del mismo modo, en el informe se detallan algunas medidas que podrían incentivar el emprendimiento. Por ejemplo, más de la mitad piensa que deberían aumentarse los incentivos fiscales y las subvenciones y formar a los más jóvenes en el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, así como la apertura de centros de apoyo a la iniciativa emprendedora.
