Carlos Alcaraz venció a Aleksandar Vukic en un buen partido y ya está en la tercera ronda de Wimbledon. Allí le espera el estadounidense Frances Tiafoe y cuando al español le dijeron a pie de pista que su rival había comentado que iba a ir a por él, respondió: “No, soy yo el que va a por Tiafoe”. Lo dijo medio en broma, pero también en serio, y se rio. Después aseguró: “Es un jugador que tiene mucho talento, buenos golpes, buena volea... Pero creo que estoy preparado para el desafío”.
Será la tercera vez que se enfrenten, y de momento van 1-1. En 2021, con Carlos sin haber cumplido todavía 18 años, se midieron en Barcelona, en tierra, en el Godó, y ganó el estadounidense por 6-4 y 7-6 (7/2). Pero el duelo que más se recuerda es el del US Open del año siguiente, en las semifinales, una batalla de cuatro horas y 19 minutos para el 6-7 (6/8), 6-3, 6-1, 6-7 (5/7) y 6-2 final a favor de Carlos. Después del encuentro, en el vestuario, se vivió este momento que ahora se ha recordado.
“Ve y ganar esto”, le dijo Tiafoe al que un poco antes había sido su rival. “Gracias, lo haré”, contestó Carlos. “Serás el número uno del mundo, te lo mereces”, prosiguió el estadounidense. “Muchas gracias tío, te lo agradezco. Eres increíble, no lo olvides”, cerró el español mientras Frances se iba. El pupilo de Juan Carlos Ferrero le hizo caso y se impuso en la final a Casper Ruud, para convertirse en el número uno más joven de la historia.
Ese fue un US Open muy importante para Alcaraz: antes de esa semifinal con Tiafoe, jugó un partido memorable de cuartos de final contra Sinner de cinco horas y cuarto, salvando una pelota de partido. Fue, además, el primer Grand Slam que conquistó, de los tres que ya tiene.
Tiafoe, por su parte, no atraviesa ahora su mejor momento. Llegó a ser “top 10”, pero en estos momentos es el 29. Reconoce que se acomodó. Fue muy polémica su declaración, pues dijo que había perdido “con payasos”, una mala manera de explicar que le habían vencido jugadores que en teoría eran peor que él. “Pero así es el juego. Es como todo, nada es de color de rosa todo el rato. Lo importante es lo rápido que puedes salir de ahí. Siempre hay una luz al final del túnel. Puedes intentar encontrarla con pequeñas victorias o seguir sintiéndote mal por ti mismo y haciéndote la víctima: ahí es donde todo se vuelve cada vez más oscuro”, analizó.
