En su primera acepción, la Real Academia Española (RAE) define la grafología como aquel "estudio de las particularidades de la letra de una persona, con el fin de identificarla o tratar de averiguar sus características psicológicas", así como la letra o el modo particular de una persona de escribir.
A pesar de contar con el sufijo -logía, que significa "ciencia de", la grafología es una pseudociencia cuyo análisis se basa en la escritura de los individuos, con el fin de entender sus personalidades. Además de la propia escritura, los profesionales de este ámbito también se fijan en las firmas.
Por ejemplo, la forma de escritura de las vocales "a" y "o" pueden decir acerca de los sentimientos de la persona y de lo que siente y, junto con la firma, podemos averiguar la cara afectiva de su personalidad.
Concretamente, la firma se puede definir como "nombre y apellidos escritos por una persona de su propia mano en un documento, con o sin rúbrica, para darle autenticidad o mostrar la aprobación de su contenido", según la RAE.
Concretamente, la grafología tiene que revisar unas características concretas de las firmas para definir una persona. Empiezan por el tamaño, ya que este indica cuánto tiene que decir una persona. Si es grande, es una persona extrovertida, mientras que si es pequeña, este individuo es tímido y reservado.
Otra de las magnitudes estudiadas es la legibilidad, ya que las firmas legibles se asocian a personas sinceras y directas, mientras que si son ilegibles, es un signo claro de desconfianza. Por otro lado, encontramos la inclinación de la firma, ya que, dependiendo si es ascendente o descendente, se aprecia si una persona tiene ambiciones en su vida o no.
Por último, encontramos la forma y si emplea el nombre o el apellido. La forma no es baladí, ya que si su firma posee o no adornos, veremos cuán grande es la amabilidad o exigencia de un individuo. Por último, el uso del nombre hace gala del individualismo de una persona, mientras que si lo hace con el apellido, tiene un sentimiento más comunitario.
Por tanto, las firmas de personas extrovertidas tienen una serie de características concretas:
Por el contrario, las personas más reservadas y tímidas cambian los rasgos de sus firmas. Según la grafología, sus características son las siguientes: