Si ayer te pasaste por redes, probablemente te enterases de la boda de Ana Moya y Diego Conde, celebrada en la majestuosa iglesia de Santa Bárbara de Madrid, y es que estas se llenaron de fotos de la feliz pareja en su día más especial debido a un aluvión de conocidos asistentes. Pero como suele pasar en estas ocasiones, el evento no solo sirvió para celebrar el amor, sino que también fue una verdadera exhibición de alta costura. Tras el deslumbrante vestido de ceremonia, una creación magistral de Vicky Martín Berrocal bajo su firma Victoria, la modelo e influencer cambió de atuendo en dos ocasiones más, sorprendiendo a todos con su elegancia y sofisticación. Estos dos vestidos adicionales, también obra de la diseñadora onubense, consolidaron a Ana Moya como un ícono de estilo en su gran día.
Segundo vestido: Elegancia y feminidad en un diseño de corte sirena
Para la recepción y la comida posterior a la ceremonia, Ana Moya optó por un segundo vestido que exudaba feminidad y elegancia. Este diseño, de corte sirena y confeccionado en mikado blanco, destacaba por su escote palabra de honor, del que brotaban unos delicados manguitos abullonados. Los manguitos, hechos del mismo material, aportaban un toque de dramatismo y romanticismo que realzaba la figura de la novia.
El cuerpo del vestido presentaba un sutil drapeado debajo del pecho, un detalle que no solo enfatizaba la silueta de Ana, sino que también añadía una capa de sofisticación al conjunto. La falda, ajustada hasta las rodillas y luego con una gran abertura, permitía un movimiento fluido y revelaba de manera elegante las piernas de la novia, dándole un aire de sensualidad sin perder su clase innata.
Para completar este look, Ana Moya eligió unas imponentes joyas: un choker y un brazalete que añadían un toque de brillo y glamour sin eclipsar el diseño del vestido. Los zapatos, como en todos sus looks de la jornada, fueron de la firma española Just-ene, una elección que demuestra su apuesta por la moda nacional y el apoyo a diseñadores locales.
Tercer vestido: Un minivestido deslumbrante para la fiesta
La celebración continuó con una fiesta y baile en el majestuoso Castillo de Batres, donde Ana Moya sorprendió a sus invitados con un tercer cambio de vestuario, esta vez un minivestido que combinaba elegancia y un toque de audacia. Este diseño, también de Vicky Martín Berrocal, fue una muestra perfecta de la habilidad de la diseñadora para fusionar la alta costura con las tendencias actuales.
El minivestido estaba confeccionado en tafetán de seda y presentaba un escote palabra de honor con un acabado redondeado, que junto con el patrón tipo corsé, realzaba la silueta de la novia de manera exquisita. Pero esto no es todo, la parte que más nos cautivó del vestido fue, sin duda, su falda decorada con flores 3D hechas a mano del mismo material. Cada rosa fue cosida con una precisión impecable, creando un efecto deslumbrante y único que definitivamente captó la atención de todos los presentes.
Este vestido no solo permitía a la ya mujer de Diego Conde moverse con ligereza durante la fiesta, sino que también reflejaba su personalidad vibrante y su pasión por la moda. Los zapatos Just-ene elegidos para este look, elegantes y con un diseño moderno, complementaban perfectamente la estética del vestido, proporcionando un toque final que armonizaba con la sofisticación del conjunto.
Con estos tres impresionantes vestidos, la modelo ha dejado claro porque es todo un ícono de estilo y buen gusto a nivel nacional.