Aunque parecen similares tienen características que los diferencian
En cada visita al supermercado, elegir entre plátanos y bananas genera indecisión. Habitualmente, las bananas son más económicas, atrayendo a quienes tienen un presupuesto ajustado, mientras que los amantes del producto nacional optan por los plátanos de Canarias.
Para tomar decisiones informadas y adaptadas a nuestras preferencias o recetas, es crucial entender las diferencias entre ambos.
Aunque físicamente son muy similares tienen distinto sabor y origen. El plátano y la banana pertenecen a la misma familia de plantas pero provienen de regiones geográficas diferentes. Por lo que la principal diferencia radica en su procedencia. Mientras que la mayoría de los plátanos en los supermercados españoles son de Canarias, las bananas se cultivan principalmente en Sudamérica, Centroamérica y África. Países como Ecuador, Colombia, y Costa de Marfil son los principales productores a nivel mundial.
No es difícil distinguir el sabor entre ambos. Los plátanos son más dulces debido a su mayor contenido de azúcar y humedad, mientras que las bananas son más firmes y menos jugosas.
Esto se debe a que los plátanos maduran durante aproximadamente seis meses en la planta, lo que les confiere un sabor y aroma más desarrollados. En contraste, las bananas tienen un ciclo de crecimiento más corto de alrededor de tres meses.
Aunque son muy parecidos, los plátanos tienden a ser más pequeños, curvados y presentan motas en su piel. Por otro lado, las bananas son más largas, rectas y de mayor diámetro, con una piel más lisa y tonalidad ligeramente blanquecina.
Ambas frutas son ricas en fibra, potasio, fósforo y vitaminas A, B2, B6, C y riboflavina, fundamentales para una dieta equilibrada. Sin embargo, los plátanos destacan por su mayor contenido de pectina, que contribuye a la sensación de saciedad.
La respuesta es clara: tanto los plátanos como las bananas son igualmente beneficiosos para la salud, siempre y cuando se consuman como parte de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable.
Para personas diabéticas, por ejemplo, sería preferible elegir una banana verde, ya que contienen menos azúcar. Además, la forma en que las preparamos también influye en su valor nutricional. Un plátano crudo, por ejemplo, siempre será más saludable que las chips de plátano macho frito.
Además de los plátanos de Canarias y las bananas, existe una variedad especial conocida como plátano macho. Originario de Centroamérica, se diferencia por ser más grande, seco y alargado, con piel muy verde. Este tipo de plátano se cocina como una guarnición pero no se come crudo.
Tanto el plátano como la banana son frutas nutritivas que aportan una variedad de beneficios para la salud debido a su contenido de vitaminas, minerales y fibra.