La situación del danés es la más preocupante. Subió a la ambulancia en camilla y con collarín
Primoz Roglic levantaba el pulgar al subirse al coche del equipo Bora para indicar que estaba bien. El esloveno, líder de la Itzulia, ha sido uno de los afectados por la caída multitudinaria que ha paralizado la carrera. Él ya se había caído el miércoles, unos raspones sin más consecuencias, pero en la etapa que transcurre entre Etxarri Aranza y Legutio las consecuencias fueron más graves.
Evenepoel se fue recto en una curva a 33 kilómetros de la meta. El corredor que iba detrás de él se fue al suelo y detrás, varios más que salieron por una zona en la que iban a parar a una acequia rodeada de piedras. Ninguno aparentemente tan grave como Jonas Vingegaard. El ganador de los dos últimos Tours se quedó inmóvil y de costado en el suelo mientras las asistencias intentaban tranquilizarlo antes de la evacuación. Consiguieron sacarlo en camilla y con un collarín para meterlo en la ambulancia.
Evenepoel tampoco pudo seguir en carrera. En la caída pareció sufrir una fractura de clavícula. Se puso en pie sin mayores problemas, pero llevaba el brazo derecho inmovilizado, señal de esos problemas de clavícula que se intuyen. Roglic cojeaba, pero no parecía tener problemas demasiado graves, a pesar de que tampoco pudo continuar en competición.
La carrera ha sido neutralizada al no disponer de ambulancias suficientes para atender a los ciclistas que quedan en competición.
