En un partido agónico, los de Arda Güler sufren hasta el último suspiro para meterse como segundos y eliminar a una República Checa que jugó 70 minutos con uno menos pero nunca se rindió
El partido entre Chequia y Turquía fue, poco a poco, convirtiéndose en un duelo a muerte entre dos equipos que no cabían a la vez en los octavos de final. La victoria de Georgia ante la relajada y clasificada Portugal les daba el pase, y transformaba el otro enfrentamiento del grupo en un matar o morir. Y la batalla de Hamburgo fue agónica, con todos los ingredientes del mejor thriller. Como buena película de suspense el desenlace se hizo esperar hasta el descuento, cuando Tosun le dio la puntilla a la República Checa, agotada de remar contra todas las adversidades. Muy pronto se quedaron con un jugador menos, porque Barak vio dos amarillas en los primeros veinte minutos. Después vieron cómo el colegiado le perdonaba la segunda amonestación y por tanto la roja a Kenan Yildiz, un jovencito con muchísimo talento, pero que pecó de inexperto y le puso el codo en la cara a un rival justo después de ver la primera amarilla.
Las malas noticias para Chequia no terminaban y en el arranque del segundo tiempo, Turquía encontró el gol que estaba mereciendo por la profundidad de Alper Yilmaz, que tras el descanso no se cansó de poner balones peligrosos. Al final una de esas llegadas la culminó Çalhanoglu, el veterano de un ataque turco formado por él y las dos joyas de 19 años: Yildiz y Arda Güler, que otra vez fue titular y demostró personalidad y descaro, además de botar todas las jugadas a balón parado. El futbolista del Inter, que fue un mediapunta sospechoso de no trabajar y ha acabado siendo un mediocentro solvente, revivió viejos tiempos y llegó al área para cruzar con el exterior de la bota y con el alma el primer gol del partido.
El portero checo, Stanek, había hecho una parada brutal un segundo antes y se había dislocado el hombro, pero no le dio tiempo a parar el juego y recibió el tanto ya lesionado
Todo le salía mal a Chequia, que movió el banquillo porque estaba con diez, perdiendo y eliminada. No tenía muchos argumentos, pero sí altura, así que puso un balón en el área que Chory peleó con el portero turco en la luna. No vio falta el árbitro en esa lucha y después el rechace lo aprovechó Soucek para marcar y dar esperanza a los suyos.
El esfuerzo era titánico, pero tenían que intentarlo, mientras Turquía temía un segundo gol que le dejaba fuera de la Eurocopa. Se tuvo que destapar la República Checa y encontró la sentencia el grupo de Montella, que se mete segundo de grupo junto a Portugal. Quizá lo pudo sentenciar antes, se acabó liando y al final el thriller acabó siendo turco.y elimina a los checos
Goles, resumen y resultado República Checa-Turquía (1-2)
