Da pena que asuntos tan locales, y que evidentemente podrían tener solución con un poco de voluntad y alto compromiso del servicio público, lleguen hasta esta sección, con la consiguiente frustración para quien lo envía.
Pedro Pérez Santana y su esposa viven prácticamente sin agua en la calle 30, entre la Confitera y la Constructora Militar, en la localidad villaclareña de Caibarién.
Cuenta él que desde finales de febrero del actual año comenzaron allí los problemas con el agua, pues se realizaron unos trabajos frente a la Confitera, en un área muy cercana al lugar donde está instalada la manguera conductora, la cual presenta numerosos salideros, y lejos de haberse soterrado, permanece a la intemperie.
Pedro llamó a Acueducto municipal el 12 de marzo pasado y la persona que le atendió al teléfono le planteó que eso no era problema de Acueducto, si no de la Confitera.
Llamó entonces a Acueducto provincial y lo atendió la funcionaria encargada de Atención a la Población. Le tomó los datos para iniciar el proceso.
El 25 de marzo lo visitó en su hogar un funcionario de Acueducto provincial, quien comprobó que no llegaba agua. Le hizo preguntas y comprobó la gran cantidad de salideros que tiene la susodicha manguera. Le dijo a Pedro que la manguera estaba muy expuesta, lo que favorece que personas inescrupulosas la dañen. Y al final, le manifestó que dentro de varios días le daría una respuesta.
El 8 de abril se presentó el funcionario de Acueducto provincial con otro de Acueducto municipal, quien le hizo varias preguntas. Y ambos directivos se pusieron de acuerdo sobre lo que había que hacer. Y luego se marcharon.
«El tiempo sigue pasando, afirma, y seguimos sin agua. Sin solución ni respuesta. Y nosotros no podemos estar cargando agua, porque somos dos adultos mayores con nuestros achaques y enfermedades.
«Además, como a la casa no llega el agua, tenemos vacío el tanque elevado. En medio de esta temporada ciclónica representa un gran peligro si pasara un huracán. Perderíamos el tanque y la casa podría ser dañada.
«Sería muy bueno que los encargados de resolver este problema lo hicieran de manera radical, solucionando lo de los salideros y soterrando la manguera», concluye.
¿Es tan difícil y complejo? ¿Tiene que enterarse Cuba entera para que se haga justicia con estos dos ancianos?
Carlos Jorge Ventura Peraza (Perucho Figueredo, No. 27, entre Teniente Cañón y Pancho Varona, ciudad de Camagüey) refiere que en enero de 2024, producto de un alto voltaje, su refrigerador se quemó. Tamaño problema en Cuba hoy.
Los técnicos de la Empresa Eléctrica de Camagüey lo visitaron y diagnosticaron que fue por el alto voltaje. Y le dijeron que se le indemnizaría en MLC, que la Unión Eléctrica se lo asignaría.
«Pero hasta la fecha, nada», termina Carlos Jorge con mucha incertidumbre.