Los Vegueros de Pinar del Río fueron el primer equipo en clasificarse a la postemporada de la 63 Serie Nacional. Quiso la casualidad o esa mística que desprende como tradición el humo del tabaco en cada partido de playoff, que los Medias Verdes también sean los primeros en llegar ahora a la instancia de semifinal.
Algunos aficionados han comenzado ya a especular, tal vez, sobre las inquietantes cábalas y el futuro del equipo Vegueros, luego de derrotar en cuartos de final a los Gallos espirituanos (4-2). Y es que cada fanaticada compara los momentos y asume sus supersticiones hasta con cierto halo de añoranza.
Por ejemplo, en la más occidental de las provincias, hay quienes hacen un paralelismo con aquella recordada Serie 50 que ganó Pinar del Río, cuando estaban dirigidos por otro hombre de apellido Urquiola (padre), y también comenzaron derrotando en el primer playoff a los espirituanos. Incluso, parte de la música que se escucha hoy dentro del estadio Capitán San Luis es la misma que identificó a aquel conjunto, del cual solo repiten como jugadores Bladimir Baños, Erlis Casanova, Lázaro Emilio Blanco y William Saavedra.
Sin embargo, lo cierto es que a esta reñida postemporada le queda mucho camino e historia por contar aún. Y la mística es solo eso, algo que edulcora desde fuera cada espectáculo en los terrenos. Bien lo dice el capitán de la nave de Vueltabajo, William Saavedra: «Es algo que va a estar presente, porque el público compara los momentos, pero cada historia resulta diferente». Y sí que lo es. Ahora Sancti Spíritus, asegura el «Yiye», volvió a jugar un gran playoff, siempre combativo y
dispuesto, aunque estuvieran por debajo en el marcador.
Frente a los espirituanos, Saavedra se colocó a un vuelacercas de igualar al mítico Omar Linares como máximo jonronero en la historia de las postemporadas. Ahora prefiere no pensar en cábalas, pues, como mismo afirma, ese batazo saldrá en el momento indicado. Aun así, comenta: «Si te digo que no estoy presionando por arribar a la marca te estaría mintiendo».
Para el «señor playoff» hay algo más importante que alcanzar una meta personal, y es aportar activamente a los triunfos de su equipo. Durante los seis partidos disputados, el líder de los bateadores de la actual campaña ha vuelto a poner como barrera límite al bate los .400 de average, pues compila para .458, con 11 indiscutibles, siete carreras remolcadas y un cuadrangular. «Esos buenos resultados no salen por arte de magia, llevan implícito mucho trabajo y sacrificio», reconoce el portentoso jugador.
Así también opina, entre euforia y sobriedad tras la victoria ante los Gallos, el líder natural de los Vegueros, Alexei Ramírez, a quien los aficionados se empeñan en señalarlo como un talismán para la causa verde esta temporada.
Sin embargo, el «Pirineo» piensa lo contrario. «No soy yo el artífice de los éxitos de la provincia este año, es fruto del esfuerzo de todo el equipo, de la afición y el colectivo de entrenadores», enfatizó el exligamayorista pinareño deshaciéndose con humildad del protagonismo.
A las puertas de disputar una semifinal en el béisbol cubano luego de casi dos décadas, Alexei comenta sobre la necesidad de ir pensando en cada juego, sin subestimar nunca al rival, porque «el equipo que llega hasta estas instancias lo hace por su calidad».
Con la medalla de bronce ya asegurada, el director Alexander Urquiola piensa en dejar el conformismo a un lado para aspirar a disputar el título de Cuba tras ocho años sin acceder a una final.
«El arma esencial para escalar a ese puesto, comenta, es la unidad del equipo», esa que han mantenido en el banco de los verdes desde que comenzó esta 63 Serie Nacional. Sin dudas, las cábalas dentro de los deportes colectivos y la afición no son nada sin la disciplina, el juego alegre y la unidad. Tres armas que priman cada vez que sale a jugar al béisbol esta versión de los Vegueros.
