El juego hacía una serie de cosas que, en ese momento, eran bastante llamativas en cuanto a la representación del entorno y cómo se comportan elementos con los que interactuamos.
La
saga Tomb Raider lleva desde 1996 en el mundo de los videojuegos. Aunque
Embracer, la actual
propietaria de la IP tiene problemas, Lara Croft sigue siendo un personaje querido, más ahora que tenemos la
magnífica remasterización de la trilogía original. Pero queremos volver ahora a
Tomb Raider 3, que ya en
1998 tenía algunos detalles bastante impresionantes.
Los detalles de Tomb Raider 3 que has olvidado, pero eran bastante impresionantes en su momento
Hoy día vemos cómo los avances tecnológicos, que algunas empresas prometen
llegarán a lo nunca visto próximamente; permiten auténticas virguerías. No se libran ni las
partes íntimas de los caballos. Pero lo que hacía
Tomb Raider 3 en
1998 con el pelo y sobre todo, el agua, era bastante llamativo en su momento.
Es decir, ahora nos parece una cosa muy obvia, pero que por ejemplo los
casquillos de las armas de Lara, cuando se disparaban sobre la superficie, dejasen
ondas al tocar la superficie, o que las bengalas generasen burbujas al encenderse mientras buceábamos, no era algo tan habitual y sorprendió a muchos. Que la trenza de nuestra protagonista reaccionase al viento o se quedara en suspensión al bucear en lugar de seguir en su posición estándar, o
desenfundar las armas de verdad en lugar de sacarlas de un bolsillo mágico...
Hay muchos que disfrutan ahora por primera vez de las entregas originales, que aunque
lógicamente tienen problemas de su época, sirven para tentar una
nueva Lara Croft al frente de una aventura de las que nos tiene enganchados durante semanas.