La noticia del pasado martes fue, sin duda alguna (a la caída de los bancos en bolsa Google no le ha dedicado un doodle), la primera fotografía de la “cámara” más potente y con mayor resolución en la historia de la ciencia humana: el telescopio James Webb, que ha conseguido captar con éxito tenues radiaciones de galaxias que hasta ahora resultaban invisibles con otros telescopios.
Una vez realizada la proeza, la NASA busca nuevos retos y se ha propuesto encontrar un objeto todavía más tenue y lejano, pero esta vez mirando hacia la Tierra: la ética periodística del presentador de Al Rojo Vivo.
“Creemos que, si podemos encontrar una minúscula mota de polvo en el espacio exterior a miles de años luz, podremos dar con esto, si es que existe, claro”, nos comenta un becario en la agencia espacial.
Pero, pese al optimismo inicial, parece que los intentos de la NASA han sido en vano: no hay rastro. Una extraña situación sobre la que los científicos han elaborado dos teorías: “O el tipo que más presume de periodismo en televisión es simplemente un farsante y tiene la ética de una rata en formol, ¡o Ferreras está compuesto íntegramente de materia oscura! Ahora nos explicamos por qué siempre va vestido de negro”.
