Las designaciones del presidente electo Donald Trump para su próxima administración han despertado preocupación para los migrantes debido a que Tom Homan y Stephen Miller podrían ser los autores de las políticas migratorias más crueles de Estados Unidos.
De acuerdo con la columna de Raymundo Riva Palacio en El Financiero, ‘Halcones con ‘H’ mayúscula’, la designación de los dos funcionarios más duros y radicales en la materia migratoria podría traer gran presión sobre el gobierno de Claudia Sheinbaum.
“El nombramiento tiene un gran significado, al no necesitar Trump revisar perfiles para ese cargo –como lo está haciendo para los departamentos de Justicia y de Seguridad Territorial, que también tienen mucho que ver con su propuesta fronteriza–, sino que escogió a una persona que conoce, que vio responder a sus expectativas y con quien comparte totalmente los objetivos que busca”, precisa Riva Palacio.
El hombre que Trump designó “a cargo de todas las deportaciones de inmigrantes ilegales a sus países de origen” fue el rostro público de las políticas de inmigración de “tolerancia cero” durante el primer mandato.
Mientras que Miller también ejerció como asesor de Trump durante su primer mandato en la Casa Blanca, siendo el arquitecto de sus polémicas políticas migratorias y fronterizas. Tanto Miller como Homan diseñaron la controvertida política de separación de niñas y niños migrantes de sus padres y madres; esta fue cancelada cuando llegó el presidente Joe Biden.
La designación de ambos funcionarios para estos nuevos cargos parecen indicar que sus roles serán mucho mayores en este segundo periodo.
“Trump está abriendo rápidamente sus cartas con el énfasis en migración, pero en el gobierno mexicano no están reaccionado con la celeridad y puntería necesarias”, señala.
Según el columnista, el equipo del republicano habría llamado al embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar para que aporte información de primera mano sobre las posiciones y las ideas del gobierno mexicano sobre el acuerdo comercial, la migración y el crimen organizado.
“Los nombramientos tienen que ser vistos dentro del inusual llamado del embajador Salazar, representante de un gobierno democrático, a platicar con el presidente electo o el equipo que estará involucrado o cerca de los asuntos mexicanos, y la expectativa que ha comenzado a flotar en Washington de que antes de que asuma la Presidencia, en casi dos meses, podría hacer anuncios contundentes sobre lo que espera hacer con México”, expresó.