Médico especialista y analista en salud.
En medio del debate de una deuda pública que asciende al 50 por ciento del PIB, la presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta un gran desafío financiero. La implementación de nuevos programas sociales en materia de salud requerirá de nuevas fuentes de financiamiento. A esto se suma que la inversión en salud prometida durante la administración saliente, que debía incrementarse en un punto porcentual del PIB, apenas creció 0.5 puntos.
Ayer, la presidenta presentó el programa “Salud Casa por Casa”, una iniciativa social que tiene sus antecedentes en el programa “Salud en Tu Casa” de la Ciudad de México, que la dra. Sheinbaum conoce bien, y en el programa “Atención Domiciliaria al Enfermo Crónico” (ADEC) del IMSS, que tiene varios años de funcionamiento. Ambos programas comparten el objetivo de brindar atención médica a personas que, por su estado de salud, no pueden trasladarse a una unidad médica.
El programa “Salud Casa por Casa” tiene como propósito llevar atención médica a millones de adultos mayores y personas con discapacidad en todo el país. Además, incluirá la provisión de medicamentos cuando sea necesario, los cuales podrán ser prescritos incluso por el personal de enfermería. Sin embargo, también plantea inquietudes y retos para su implementación.
El primer paso será realizar un censo entre los más de 13 millones de adultos mayores que actualmente reciben un apoyo social. Una vez que se concluya el censo y se definan los criterios de elegibilidad, se conocerá la verdadera magnitud del reto. De acuerdo con datos del INEGI, el 70 por ciento de los adultos mayores en México padece alguna enfermedad crónica, lo que significa que aproximadamente nueve millones de personas podrían ser candidatas para recibir atención domiciliaria. A esto se pueden sumar otra parte de los 20 millones de mexicanos con alguna discapacidad, lo que aumentaría la demanda.
Uno de los beneficios evidentes de “Salud Casa por Casa” es su capacidad para ampliar el acceso a la atención médica entre las poblaciones vulnerables, acercando tanto los servicios médicos como los medicamentos a quienes más lo necesitan.
Desde una perspectiva macroeconómica, la medicina preventiva es siempre una inversión inteligente. Si con este programa se logra detectar y tratar las enfermedades crónicas de manera temprana, se podrán reducir los costos de tratamientos avanzados y hospitalizaciones prolongadas. El reto es vencer las barreras financieras y de recursos humanos.
Una de las grandes incógnitas es si el gobierno mexicano podrá sostener financieramente un programa de tal envergadura. En breve se discutirá el Presupuesto de Egresos 2025, existe mayoría en la Cámara de Diputados por lo que se puede aprobar un incremento financiero sustancial para salud, el cual deberá incluir a este nuevo programa social.
Sin embargo, el reto financiero es grande y se debe analizar objetivamente. Si tomamos como referencia los 100 millones de pesos anuales de gasto operativo asignado al programa “Médico en Tu Casa” en la Ciudad de México, que atiende a 1.5 millones de adultos mayores, y consideramos el sueldo anual de 21 mil enfermeras (suponiendo que sean solo enfermeras las contratadas con un salario de 19 mil pesos mensuales), el costo operativo y de nómina ascendería a 5 mil 400 millones de pesos anuales. Para ponerlo en perspectiva, el presupuesto para la pensión de adultos mayores en 2024 es de 339 mil millones de pesos, por lo que el presupuesto para este programa requiere de una fuente de financiamiento sostenible.
El aspecto financiero es solo una pieza del rompecabezas. El otro gran desafío es de recursos humanos. México ha enfrentado históricamente un déficit de médicos y enfermeras dispuestos a trabajar en zonas rurales y marginadas, el ejemplo más reciente es la falta de personal de salud para cubrir las plazas del IMSS Bienestar.
La implementación del programa “Salud Casa por Casa” es una oportunidad para replantear aspectos importantes como la Atención Primaria a la Salud efectiva y la participación comunitaria, elementos que aún no se visibilizan en este inicio de la administración.
Todo programa o proyecto debe estar respaldado por una fuente de financiamiento. Lo veremos en el próximo Presupuesto de Egresos de la Federación para la Secretaría de Salud y la Secretaría de Bienestar, que serán las encargadas de ejecutar este programa. Un financiamiento adecuado y sostenible, junto con una estrategia clara para la contratación y retención de personal médico y de enfermería, serán cruciales para garantizar la viabilidad de este programa y que cumpla con sus promesas.