La huelga que desde las primeras horas del martes inició en los principales puertos de la costa este de Estados Unidos causará caos en las cadenas de suministro globales tras el estancamiento en las negociaciones entre la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) y la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX).
“La huelga podría afectar a cinco de los diez puertos más transitados de América del Norte, creando un impacto en cascada que ningún sector o región podría evitar”, advirtió Mia Ginter, directora de Exportación Marítima para América del Norte en C.H. Robinson.
La huelga amenaza con causar retrasos en la llegada de insumos y materias primas esenciales para la industria manufacturera mexicana, afectando sectores clave como el automotriz, electrónico y de electrodomésticos, entre otros.
“Las empresas con cargas destinadas a EE. UU. desde Europa, América Latina, Oceanía y Asia probablemente enfrentan retrasos y mayores costos. Es crucial que se comuniquen con sus proveedores logísticos para planificar rutas alternativas o de contingencia”, indicó Mia Ginter.
De acuerdo con la vocera, C.H. Robinson lleva meses trabajando con sus clientes para acelerar las importaciones, redirigir cargas a la costa oeste y desarrollar planes de contingencia, e indica algunos impactos a considerar para las cadenas de suministro y el comercio internacional.
Embarcadores a nivel global con mercancías destinadas a esta región desde Europa, América Latina, Oceanía y Asia están sintiendo los efectos, lo que resulta en interrupciones en el flujo de bienes hacia y desde Estados Unidos Canadá y México, por lo que deben considerar cómo afectaría a su carga los cierres de los puertos.
Como ha ocurrido con otras interrupciones de la cadena de suministro global, esta cascada generaría tiempo adicional en tránsito, costos adicionales y hasta posibles cargos por almacenaje y demoras.
Repercusión en puertos y economía de México
Debido a su ubicación geográfica estratégica, México depende en gran medida de los puertos estadounidenses para la importación y exportación de bienes. Con la congestión en los puertos de EE. UU., las empresas mexicanas podrían enfrentar costos adicionales debido a desvíos de rutas o la necesidad de recurrir a métodos de transporte más costosos, como el aéreo.
En cuanto al transporte terrestre este se verá impactado en el incremento del flujo de mercancías a través de otras rutas como Laredo y El Paso, puntos de tránsito importantes para el comercio terrestre entre ambos países.
Para mitigar el impacto en la cadena de suministro C.H. Robinson ha implementado planes de contingencia flexibles ante la posibilidad de una huelga prolongada. Si un gran volumen de carga se desvía a la costa oeste de EE. UU., los puertos mexicanos y canadienses podrían servir como una alternativa viable, junto con opciones como el transporte aéreo y el transbordo portuario para agilizar el movimiento de mercancías críticas.
Los transportistas que opten por redirigir sus cargas a la costa oeste deberán considerar la capacidad disponible y el apoyo logístico terrestre necesario. Además, puede requerirse almacenamiento temporal para la carga desviada mientras se libera capacidad en el interior del país.
La congestión ferroviaria hacia el este también podría provocar demoras, ya que, aunque los ferrocarriles están preparados para mover carga desde el sur de California y el noroeste del Pacífico, se prevén tiempos de tránsito más largos.
Aunque el transporte aéreo es más costoso que otras opciones, permite cambios de ruta rápidos. Sin embargo, la capacidad aérea está ya de por sí limitada por la alta demanda del comercio electrónico desde Asia y desvíos del Mar Rojo.
Los puertos y modos de transporte alternativos podrían saturarse rápidamente en caso de una huelga prolongada en los puertos de la ILA, por lo que será crucial la estrecha cooperación entre los socios comerciales y los proveedores logísticos globales para mitigar el impacto de esta crisis en el comercio transatlántico.