Desde las 8:30 horas, el Hemiciclo a Juárez se vio cubierto de guinda. Estudiantes y trabajadores del Poder Judicial tenían previsto salir desde ahí, pero se toparon con una muralla morenista.
Un par de hombres que llevaban una bolsa con un Boing, un sándwich y una manzana, explicaron que esperaban que dieran las 10:00 para poder avanzar hacia el Zócalo.
Obligados por el tapón guinda, los manifestantes optaron por mover el punto de partida y eligieron el Monumento a la Revolución; desde ahí salieron hacia el Ángel de la Independencia.
No sin antes enfrentar un nuevo tapón, toda vez que la avenida De la República estaba repleta de camiones estacionados, por lo que optaron por la calle de Lafraga. Antes de partir se congregaron al pie del altar que armaron el lunes, y en el que se veían reclamos contra el gobierno y el mensaje: “Mexicano, bienvenido a la dictadura”.
La marcha fue encabezada por estudiantes de derecho de diferentes universidades, tanto públicas como privadas, que reclamaron “¡¿en dónde están, en dónde están, los gobernantes que nos iban a escuchar?!”.
Unos metros detrás, los trabajadores desplegaron un cartel para el que el Paseo de la Reforma quedó angosto: “Jueces federales alzamos la voz por México”.
Tanto estudiantes como trabajadores querían evitar a toda costa la confrontación. Y resistieron a las agresiones verbales y con señas que algunos morenistas les hicieron a su paso. Respondieron: “¡Nosotros conciliamos, no polarizamos!”.
Después de casi una hora de camino, la marcha llegó al Ángel. Ahí, la directora de la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (Jufed), Juana Fuentes Velázquez, pidió a la presidenta Sheinbaum que los escuche.
“Hacemos un llamado al diálogo que coloque en el centro la preservación de la independencia judicial, que no se destruya la carrera judicial, que se respeten los principios que garantizan que los ciudadanos, las empresas y las futuras generaciones tengan una justicia imparcial. Esta no es una lucha para mantener privilegios”, exclamó.
Otro grupo de manifestantes contra la reforma judicial se acercó a San Lázaro, donde Claudia Sheinbaum fue investida como presidenta, pero vallas y un cordón policial les impidió el paso.
Por la tarde, también desde el Monumento a la Revolución, salió una segunda manifestación convocada por la sociedad civil y por trabajadores del Poder Judicial.
Ya en el Ángel de la Independencia, Patricia Aguayo, vocera de los trabajadores de la judicatura, redobló la petición. “Espero que esta Presidenta tenga la sensibilidad de entender que esta reforma, que fue un capricho de López Obrador, va a llevar al país a una grave crisis constitucional”.