Las protestas en torno de la reforma judicial persiguieron al presidente Andrés Manuel López Obrador hasta Bacalar, Quintana Roo, pues afuera del acto de supervisión de obra de la zona arqueológica de Ichkabal, una decena de detractores de la modificación constitucional se manifestó: “¡Si el pueblo se informa, no pasa la reforma! ¡Sin color, sin partido, la justicia no es partido!”. El mandatario ha dicho que la oposición busca engañar al pueblo (‘sabio y bueno’) y que las protestas ya son “politiqueras”. ¿Será?
El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, ayer despejó cualquier duda no sólo de que Morena y sus aliados no tienen el voto necesario para alcanzar la mayoría calificada, sino además que buscarán aprobar la reforma judicial con una estratagema aritmética: de acuerdo con el petista-morenista, la mayoría calificada se alcanza con 85 y no 86 votos de los senadores presentes en el pleno, idea previamente deslizada por el líder de la bancada guinda, Adán Augusto López. Es decir, Morena y sus aliados buscarán concretar el sometimiento del Poder Judicial mediante una trampa, ¿o cómo se le puede llamar a ello?
La ministra Loretta Ortiz, ahora que ya se destacó como abiertamente morenista y se pronunció a favor de la reforma a la judicatura, aprovechó su libertad y se paseó por Guerrero, donde demostró su apoyo a eso que hace unos meses rechazaba: la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular. Es como aquella frase de ‘esos son mis principios, y si no te gustan… tengo otros’. ¿O cómo era?...
Vaya que han causado revuelo las declaraciones de la senadora panista María de Jesús Díaz, pidiendo “que los agarren a chingadazos” y “que le den con todo al güey que no vote en contra de la reforma” al Poder Judicial. Y es que a algunas diputadas de su partido, Acción Nacional, “no les gustó mucho, les incomodó” la postura de la legisladora hidrocálida. Argumentan que “no conviene cargar con una culpa que sólo la tiene el Presidente, de incitar a la violencia”. Incluso anticiparon que harían un llamado a todos los senadores “a la calma y a la prudencia”, a “no caer en la provocación”.
Tuvieron que pasar 14 meses para que Morena asumiera una postura firme contra la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, y decidiera expulsarla por aquel video que se hizo viral en redes sociales, desde julio del año pasado, en el que se ve a la munícipe en una reunión con el líder del grupo criminal Los Ardillos. Ayer, la Comisión de Honestidad y Justicia de la dirigencia estatal del partido guinda resolvió en contra de Otilia Hernández, por “supuestas conductas contrarias a la normatividad interna de este partido político”. Tarde, pero reaccionó el partido. Ahora a ver si reacciona la fiscalía…
“A esta reforma le faltó diagnóstico y le sobró revancha”, sostuvo el senador emecista Luis Donaldo Colosio Riojas. El legislador regiomontano no se anduvo entre las ramas y fue contundente al asegurar que “nunca antes en la historia de este país dos poderes se unieron para destruir a otros, para cooptarlo, someterlo”. Habló de la necesidad de mejorar el sistema de justicia desde las fiscalías y las corporaciones de seguridad, entre otros aspectos. Nada que ver con el discurso chabacano y banal del ‘fosfo fosfo’ que caracteriza a MC en Nuevo León, ¿verdad, Samuel?